lunes, 21 de marzo de 2011

Proponer por proponer

La envidia es cosa mala. Viendo que los titulares de la semana pasada se los comió Jaime Castiñeira con su, en mi opinión, brillante idea de ubicar una nueva sede para la Policía Nacional donde está el viejo Xeral, Orozco intenta buscar una propuesta original diciendo que sería bueno llevar al antiguo hotel del Miño la sede de la UNED.

La idea de Orozco, que por ahora ha trasladado únicamente al presidente de la Diputación, así que no se sabe qué le parecerá a la institución educativa. Eestamos en campaña, no lo olvidemos, y curiosamente la UNED en Lugo la preside el bloqueiro Antón Bao, contrincante de Orozco en las municipales.

Actualmente, la Universidad Nacional a Distancia tiene su sede en los sobredimensionados locales que la Cámara de Comercio tiene en la Aceña de Olga, justo frente a Veterinaria. Digo sobredimensionados porque es obvio que para la Cámara ahí hay mucho espacio desaprovechado, y por eso lo han alquilado, con gran criterio, a la UNED.

Se trata de unas instalaciones óptimas para la UNED, ya que además de estar situadas en el cogollo de la zona universitaria, es un área bien comunicada, rodeada de zonas habitadas con mucha gente joven, y no me refiero a estudiantes, sino a trabajadores jóvenes, que vienen siendo el público natural de la UNED.

El viejo hotel del Miño es un muerto con el que nadie sabe muy bien qué hacer. Está ahí, cada vez más viejo y más abandonado, pero parece que su uso tendría que ir hacia un complejo turístico, hostelero, residencial o algo similar. Desde luego, no creo que las instalaciones sean las más adecuadas para meter un aulario y la UNED, por muy a distancia que sea, es una Universidad y como tal necesita aulas. Es evidente que un edificio estructurado en pequeñas habitaciones, cada una con su acceso y su ventanita hacia el río, no parece el más sencillo de adaptar para sede universitaria.

hotel Miño

Lo lógico sería, en mi opinión, buscar otras alternativas más razonables. Una de ellas podría ser, por ejemplo, gestionarlo como complejo turístico de bajo coste, incluso semipúblico, añadiendo algo del terreno del parque del Miño y convirtiéndolo en una zona mixta tipo albergue y zona de acampada que Lugo no tiene. Hoy día el turismo de camping no es aquella imagen cutre que teníamos hace unos años, sino que mueve bastante gente, cada vez más, pero que necesita unas instalaciones básicas que en nuestra ciudad no hay desde que cerró nuestro único “camping”.

Tampoco sería mal lugar, salvando los desniveles del edificio por aquello de la accesibilidad, para una residencia de la tercera edad. Poniendo unas líneas de urbanos decentes, se puede aprovechar la ahora preciosa ubicación del antiguo hotel para crear un lugar de reposo y tranquilidad que a mucha gente mayor le podría venir bien.

Si por usos no será, pero no nos engañemos, el tema aquí no es buscar qué hacer con el edificio, sino intentar minimizar desde la alcaldía el gran impacto de la propuesta de Jaime de la semana pasada. El señor Orozco ve con preocupación que el perfil de Castiñeira crece día a día, y que está midiendo los tiempos con más habilidad de la que le suponía el PSOE. Ahora la cuestión ya no es tan sencilla y hay que ser creativos y buscar ideas que en 12 años Orozco no ha planteado porque no las había pensado. Está buscando conejos en su sombrero, pero sólo le salen polillas. A lo mejor es tiempo de colgarlo y abrir las ventanas para que entre aire fresco.

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