jueves, 22 de septiembre de 2011

Orozco “fashion”

En este Lugo nuestro a veces es difícil distinguir la vía pública de una feria de muestras y exposiciones. Como en estas últimas, te puedes encontrar de todo: puestos de venta ambulante (sólo que en las ferias pagan por ponerse y aquí, además de ilegales, no aportan un duro), espectáculos al aire libre, lápidas de mármol como si de Expofuneraria 2011 se tratara… y últimamente muestrarios de empresas de diverso tipo. La moda más reciente son los muestrarios de farolas.

muestrario Hasta cuatro tipos de farola te puedes encontrar sin moverte de un mismo cruce. De todos los tamaños, colores, tendencias y modelos. Sentado cómodamente en la Plaza de Santo Domingo puedes hacer una selección de las farolas que quieres adquirir y luego, supongo que a través del 010, te pondrán en contacto con el proveedor. Si no hacen esto último, sería una buena idea para no desaprovechar la ocasión, que la crisis está muy dura a pesar de la generosa contribución del gasto público de algunos y para algunos.

Lugo es una ciudad con poca luz natural en gran parte del año, por eso no creo que sea tan descabellada la idea de Orozco de poner una farola junto a otra farola que está al lado de una tercera farola. Vale que a lo mejor que no queda muy estético, y que quizás sobre alguna, pero hombre, no me digan que para leer Guerra y Paz en un banco público no es ideal de la muerte. Y eso que aún no se les ha ocurrido lo que ahora les propongo sin cobrar royalties ni nada, siguiendo el ejemplo de la fuente de Fonte dos Ranchos: bombillas de colores. Alegrarían nuestra ciudad y decorarían con alegres tonos nuestros sobrios edificios.

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Habrá quien pelee contra estas novedosas ocurrencias, con argumentos variopintos como que es tirar dinero público, o que si hay tanto tipo de farola el mantenimiento se encarece una barbaridad, pero hombre, eso son argumentos retrógrados, basados en el absurdo concepto de que un Ayuntamiento no puede despilfarrar. Vaya si puede. De hecho el de Lugo lo hace a manos llenas para apoyar esta teoría.

Sarcasmos a parte, hay que organizar una batida para buscar el buen gusto, que huyó despavorido de Lugo desde que se terminó la peatonalización de la calle San Marcos. En poco tiempo este espacio pasó de ser una calle agradable (salvo por los coches, que apoyo firmemente que fueran desalojados de allí) con unas fuentes muy estéticas a ser una especie de cementerio árabe de losas de granito y cubos lisos que, supongo, algo significan aunque no tengo ni idea de lo qué. Probablemente, como me dijo el otro día una persona muy observadora para estos temas, han hecho la plaza así para que no quede mal la iluminación de Navidad de la Diputación, esas bolas blancas con pinchos y luces que ponen todos los años. Pues vale.

El problema de esta ciudad es la falta de coherencia y el mal gusto de quienes la gobiernan. Nuestros horterísimas próceres gastan nuestro dinero en mobiliario hipermegapijo, a juego con esas plazas que parecen más el patio de luces de un centro comercial que una zona de esparcimiento de una ciudad de 2.000 años. Mientras, obligan a los hosteleros a poner mobiliario de madera (recordemos que, presuntamente, de un fabricante en concreto) y, eso sí, contradictoriamente a lacar de blanco las puertas de todo Lugo para tapar la madera barnizada, que por lo visto no es tradicional. Claro, para tradicional ya está el paseo de las lápidas de la Plaza de España o la nueva Plaza de San Marcos.

Viendo todo esto no puedo evitar pensar que Orozco es un “fashion victim”. Le vienen con un diseño que no pega ni con cola en Lugo y lo pone para que sea todo megamoderno, como un Cristo con pistolas. Bueno, él es el “fashion” y nosotros las “victims”, que encima somos “pagano victims”. Si al menos se hiciera cargo de la factura él…

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