viernes, 28 de octubre de 2011

No es serio este cementerio (II)

Hablábamos ayer de la original, novedosa y tonta iniciativa del Ayuntamiento de Lugo de pitorrearse de nuestros fallecidos con la creación de un concurso de adornos florales en el cementerio, precisamente el día de difuntos. No tenía pensado volver sobre el tema, pero es que la actualidad manda y hoy le dan una nueva vuelta de tuerca a la payasada y el cachondeo.

Bao fúnebre La noticia es que el ala nacionalista del gobierno lucense, que más que ala es alerón a pesar de su menguada representatividad (2 de 13 es una proporción canija a todos los efectos), ha distribuido tarjetones en las floristerías de la ciudad para que las repartan con las flores y centros que les encarguen estos días.

La idea no tendría nada de particular más allá del gasto público en tarjetitas, si no fuera porque el porcentaje de encargos para cementerios estos días es muy elevado, y que en el tarjetón el mensaje es, nada más y nada menos, que “galeguiza a túa vida”. Vamos, el típico mensaje que pones a un difunto. Curioso que no hayan puesto directamente “galegiza a túa morte”.

Una vez puede ser una metedura de pata, dos a lo mejor casualidad, pero ahora ya vemos un patrón. Visitas turísticas al cementerio, concurso de adornos en tumbas, mausoleos y nichos y ahora “galegiza a túa vida” en las coronas de difuntos. La estadística desmiente cualquier defensa por chiripa que pueda intentar presentar el Ayuntamiento de Lugo. Además, aquí están implicados tanto concejales del PSOE como del BNG, así que esto sí se coordinan de miedo, nunca mejor dicho.

Hay momentos en la vida en que uno se toma casi cualquier cosa con sentido del humor. En España somos especialistas en hacer chistes de casi cualquier barbaridad, salvo del 11M que nunca he escuchado uno (no se me alteren, que anda que no hubo chistes del 11S, el terrorismo de ETA, el tema de Biescas y cuanta desgracia ha pasado en este país). Enfrentamos la desgracia con un humor nada sutil y muy poco británico, pero no siempre. Cuando a uno se le marcha un familiar o un amigo de los de verdad no está para coñas, y menos para cachondeo institucionalizado.

Imagínense, como decíamos ayer, a una buena señora llorando ante la reciente tumba de su pareja. Turba su paz un grupo de turistas haciendo fotos al mausoleo vecino, obra de un desconocido ejecutada en los años 80 para descanso de algún conocido local. A continuación aparece el Alcalde con el jurado del concurso de adornos, valorando la creatividad de la corona con forma de pepino del nicho que está frente a la desconsolada (y ahora ojiplática) viuda, por poner un ejemplo. Cuando se va reponiendo se fija en que la corona enviada por los primos del difunto luce un tarjetón que reza “galegiza a túa vida”. Mucho sentido del humor tiene que tener uno para no liarse a mordiscos con el concejal más cercano.

Creo que pedir que no nos toquen los muertos es lo mínimo, pero eso hoy no toca. Eso les pasa por morirse en castellano.

1 comentario:

  1. Y si pones en la esquela "morramos como galegos", gadisa te obsequiará con un surtido de fiambres autóctonos.

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