miércoles, 29 de febrero de 2012

Senatus Populusque Lucensis

Se va acercando el Arde Lucus y nos vamos enterando de novedades que habrá este año respecto a los anteriores. La primera es una campaña realizada entre los restaurante de Lugo para hacer menús romanos, y la segunda es que este año habrá un Senado romano. Como es mi sana intención participar en ambas actividades confío en que no entenderán mis críticas como algo negativo, sino como útiles aportaciones para mejorar ambos proyectos.

Senado El tema de los menús romanos hay que decir que no es nuevo en Lugo. Se hizo exactamente lo mismo hace bastante tiempo, me parece recordar que fue en el 2001 más o menos, con una actividad de la Xunta de Galicia llamada “Urbis”. Fue un fracaso absoluto en cuanto al tema comidas, principalmente porque no hay dios que trague la comida romana. Es un asco. Miren, no estamos acostumbrados a esos sabores tan fuertes y tan especiados. Para que se hagan a la idea uno de los más grandes manjares de la mesa romana era aderezar todo con garum, una salsa preparada con vísceras de pescado fermentadas (podridas) con vino, vinagre, aceite, pimienta y agua. De veras, asqueroso, y se lo dice quien lo probó. Así que mejor hacer unos menús de comida rica pero normal y ponerles nombres bonitos, que la cosa va que arde y probablemente en Roma también tomaban solomillo de ternera con setas aunque lo llamaran de otra forma.

Respecto al Senado, hoy nos cuentan que estará formado únicamente por hombres de más de 18 años, si bien los prefieren de más de 35. Como mi traje del Arde Lucus es de senador me voy a postular como candidato a la de ya. Lo que me sorprende es que un gobierno tan “progre” sólo permita hombres en su Senado. Vale que el senado original de Roma era exclusivamente masculino, pero hombre, puestos a ser rigurosos históricamente se entiende que uno puede violar a las personas que vayan vestidas de esclavos, y creo que no dejan… serán sosos… Lo que más me sorprende es la explicación que la concejala de igualdad da para avalar semejante cosa: para dar a los hombres “las mismas oportunidades que las mujeres en el campo teatral”. ¡Tócate los pies!

A ver, maticemos. No me parece mal ni mucho menos, ya que creo que lo lógico es, si se hace esto bien, intentar ser lo más rigurosos posible, pero es contradictorio con la gran cantidad de mensajes que nos lanzan todos los días de “todos somos iguales”, incluso que unos más iguales que otros. No critico que el senado sea exclusivamente masculino, critico el doble rasero de hacer esto mientras se da preferencia en cosas más serias a una mujer por el hecho de serlo. Principalmente porque apesta a paternalismo como diciendo “pobrecillas, si no las ayudamos no salen adelante” cuando la realidad es justo la contraria.

En fin, yo acabo de echar mi solicitud (me dicen que soy el primero en apuntarse, lo cual me sorprende bastante en este Lugo que sólo pierde la cabeza con el Arde Lucus) y ya veremos cómo va la cosa. A ver si me cogen (no sé el proceso de selección, pero hombre, yo el perfil lo doy ampliamente). Ya les contaré.

martes, 28 de febrero de 2012

Los privilegiados

Los seres humanos somos como lobos, sólo que más egoístas: “homo homini lupus” y todo eso. Esta mañana al llegar al trabajo me encontré con algunos compañeros, en el pleno sentido de la palabra (sindicalistas, vamos) acampados dentro del edificio de la Xunta protestando por las medidas que se toman “contra los servicios públicos” por parte del gobierno de Feijoo. Ya hemos hablado de esto, pero vamos a insistir porque el tema está de rabiosa actualidad y a ver si le damos una vuelta.

No sé si conocen ustedes algún funcionario de la Xunta, supongo que muchos sí (yo mismo, por ejemplo), pero si hablan con alguno de mis compañeros les dirán que es indignante el trato que se da a los trabajadores públicos por parte de Feijoo y que es un ataque al bien común que suponen los servicios públicos. Hagan un experimento: pregunten a un trabajador de la Xunta por los funcionarios del Ayuntamiento o de la Diputación y verán un cambio de actitud: “ah, eso es diferente, esos son unos privilegiados”.

suicidio

Los funcionarios, como cualquier colectivo humano, tenemos divisiones internas, incluso clases. No es lo mismo el funcionario tramitador, el que mueve papelotes de un sitio a otro por mil euros pelados al mes que el gran jefe que cobra el triple por lo menos. No es lo mismo el de la Xunta, que tiene sus condiciones laborales ventajosas, que el del Ayuntamiento o la Diputación que son auténticos marqueses con plaza fija. No es lo mismo el funcionario de hospital que tiene turnos nocturnos y guardias que el maestro que trabaja efectivamente dos o tres horas al día. No me entiendan mal, no estoy criticando a nadie de esos colectivos, lo que quiero es que se vea que hay muchas clases de funcionarios.

Tampoco es lo mismo el funcionario de carrera que el interino, o el laboral fijo que el temporal o el personal eventual. Son los cinco tipos de trabajadores al servicio de la administración que nos podemos encontrar. Incluso ahí hay muchas diferencia ya que de esos cinco tipos sólo el funcionario de carrera no puede ser despedido, los demás sí.

Como casi todo en esta vida se trata de puntos de vista. Para un funcionario de grupo A con trienios y que esté en un buen puesto lo normal es levantarse dos o tres mil euros al mes, mientras que para los del grupo D llegar a mil ya es un record. Evidentemente no es lo mismo rebajar un tercio a uno que a otro. Tampoco es lo mismo reducir tres días de libre disposición (los llamados “moscosos" que, aunque casi nadie lo sabe, también los tienen los trabajadores de las empresas privadas aunque no los usen) si tienes 9 que si tienes 18 (por antigüedad te dan más días, lo que tampoco tienen mucho sentido, la verdad), o si tu administración te regala días extra en Navidad o Semana Santa como ocurre en Ayuntamientos y Diputaciones.

Pero en el peor de los casos, para aquellos funcionarios de a pie que cobramos sobre mil euros y que “sólo” tenemos un mes de vacaciones más seis moscosos, y un puesto de trabajo garantizado, tenemos que reconocer que la estabilidad laboral que disfrutamos es lo que hace que se agolpen miles de personas en cada convocatoria a oposiciones de funcionario. La percepción de que los funcionarios de administración local son unos privilegiados desde el punto de vista de los de la Xunta es similar a la percepción de que estos últimos son unos privilegiados desde el punto de vista del que trabaja en la privada o, más aún, del que está en el paro. Cualquier funcionario es un privilegiado por el mero hecho de contar con un sueldo fijo, siempre que los recortes no se ceben en las nóminas y nos bajen a niveles de salario mínimo, que todo se andará.

Ese privilegio, sin embargo, tampoco puede servir como excusa para que seamos el pim, pam, pum de todas las críticas, recortes e injusticias, pero sí hay que ser conscientes de que, con la que está cayendo, la tranquilidad de poder pagar la hipoteca y los recibos es un lujo que más de cinco millones de personas en este país no tienen. Quejarse sí, pero sin exagerar, que las cosas no están para apretar demasiado a nadie.

viernes, 24 de febrero de 2012

Instalaciones abandonadas

Antes de esta crisis, que nos ha trastocado a todos las prioridades y a muchos los principios, la mayoría de las ciudades habían gastado en renovar sus instalaciones una pila de dinero. Lugo también, como no podía ser menos, si bien partíamos de una base algo peor que el resto. La gran transformación de esta ciudad tuvo lugar a finales de los años 90, con la reforma de la Avenida de la Coruña y otras arterias principales y, sobre todo, con la peatonalización del casco histórico.

Como Lugo llegó tarde a todo eso, que se hizo cuando otras ciudades tenían cascos históricos peatonales desde hacía bastante (sin irnos muy lejos tenemos los ejemplos de Santiago, Pontevedra…), los demás estaban ya a otras guerras cuando aquí poníamos adoquines. Estas otras batallas implicaban la recuperación de espacios públicos en edificios históricos o emblemáticos de las ciudades.

Nuestra ciudad, curiosamente, es generosa en espacios públicos. Lo malo es que la mayor parte tienen echado el cierre. Les pongo unos cuantos ejemplos y en seguida verán a qué me refiero. Con la apertura del HULA, edificio impresionante al que deberían hacerse visitas turísticas (no se me asusten, si se hacen al cementerio y a la potabilizadora no sé porqué no se van a hacer al hospital, que es bastante más bonito), quedó en desuso, como todos sabemos, el antiguo Hospital Xeral. Pero no sólo quedó ese edificio, sino que también se vació el San José, el que está frente a las Pepas en la calle Santiago. Por supuesto también tenemos otros espacios muertos de risa como el antiguo Cuartel de San Fernando o el antiguo hospital Portela en el Parque Rosalía.

Estos son los ejemplos más simbólicos. Esos edificios tienen en común que para su uso y disfrute hay que meter una considerable cantidad de dinero en ellos. Si uno pretende, como haría yo, hacer un hotel en el San José (si un Parador no puede ser tal vez la administración podría sacar a concurso su explotación privada), o un museo en San Fernando (¿nota al margen, no hay nombres que no sean de santos?) tiene que gastar muchísimo dinero.

040820112115 Pero hay un edificio que lleva cerrado décadas, cuya utilidad es obvia y que sólo necesita una mano de pintura para ejercer su función. Hablo del antiguo polideportivo que hay junto a la Diputación, en pleno centro de Lugo. Si buscas “Lugo” en San Google (por seguir tirando de santoral) y te vas a Google Maps, esta todopoderosa aplicación te marca el centro de la ciudad en la parte superior de Santo Domingo (¡e dalle!), cerca del águila. A escasos 40 metros está el polideportivo del que hablo. Puede que mucha gente ni siquiera recuerda que existe, pero yo incluso tengo una lejana visión de algún acto de “coros y danzas” o algo así al que fui de pequeño allí.

No tengo ni la más remota idea de por qué está cerrada esta instalación. Me suena vagamente que había un lío competencial entre varios propietarios del tema, incluyendo a administraciones y particulares, pero es llamativo que un espacio tan enorme, en pleno centro de Lugo, esté abandonado y lleno de ratas.

Lugo tiene potencial a cascoporro, cada vez menos, es cierto, porque nos vamos cargando poco a poco nuestro patrimonio, edificios históricos y dejando que se deterioren instalaciones que por poco dinero podríamos estar disfrutando todos. No me digan que no sería útil tener, en el recinto histórico, un centro deportivo de estas características.

Tal vez la solución sea la misma que con el San José, permitir la privatización de la gestión y que se abra un gimnasio espectacular. Seguro que habría particulares interesados. Ahí queda la idea.

jueves, 23 de febrero de 2012

Terrazas mágicas

Por no ser obvio no voy a hablar de las acusaciones de Orozco de que tras el tema de Dorribo está el PP. Sólo una pequeña mención a este tema, por la paradoja que en mi modesto entender supone lanzar acusaciones sin pruebas cuando uno se intenta defender de lo que dice que es la madre de todas las acusaciones sin pruebas. Tal vez volvamos sobre este tema cuando el PP exija la disculpa de rigor al amigo José Clemente y éste los ignore sabiendo que no tendrá mayores consecuencias que un cabreo o dos de gente que ya no le iba a votar de ninguna de las maneras.

Hoy voy a hablar de las terrazas mágicas. Lugo es la Ciudad del Sacramento, aunque la mayor parte de nuestros conciudadanos no saben de qué les hablo. Nuestro escudo luce, entre otras cosas, un cáliz y una hostia (nota cultural: “hostia” es con h, sea la oblea o el taco ya que “ostia” es “ostra”, el bicho). Estos elementos de nuestro blasón vienen a cuento por un privilegio que tiene nuestra Catedral de tener expuesta la hostia, es decir, el cuerpo de Cristo, día y noche. Va a ser por eso que en Lugo pasan cosas que en otras ciudades no ocurren. Magia negra o milagro, el resultado es el mismo.

Por ejemplo, llevamos sentándonos en terrazas mágicas una buena temporada. Ayer se adjudicaron dos terrazas en San Marcos: una a La Barra y otra a Naya Collazo (?). Según el portavoz del PSOE no hay más que dos cafeterías en la calle/plaza de San Marcos por lo que es lógico que la tercera terraza en liza quedara desierta. Parece que la Confitería Conde, por ser pequeñita, a este señor no le parece digna de mención a pesar de hacer las milhojas más ricas de esta ciudad.

Sin embargo, les juro por lo que quieran que yo he tomado café ya desde el verano pasado en terrazas en San Marcos. Se me ocurren dos alternativas: o se han puesto allí “de estrangis”, cosa que habría que poner en duda ya que hay muchos elementos que por lo visto han sido instalados por la propia administración, o han conseguido vencer los límites de la física e instalaron las terrazas antes de la concesión mediante el viaje en el tiempo. Todo es posible en este Lugo nuestro y como decía Conan Doyle por boca de Sherlock Holmes (lo he citado varias veces en este blog, pero es que soy adicto) “una vez descartado lo imposible lo que queda, por improbable que parezca, habrá de ser cierto”.

Hay una tercera opción, que me resisto a creer, y es que hayan dejado que explotaran las terrazas antes de su concesión, sin pagar canon al Ayuntamiento y utilizando suelo público para fines privados desde una administración del PSOE que, como sabemos, lucha con esfuerzo contra la explotación privada de dominios públicos. Esto no es posible, no, no calumniemos a ver si nos van a meter en el mismo saco que a Dorribo y Orozco, los dos mayores calumniadores que tenemos en este momento en los periódicos. Perdón, quedé en que no iba a hablar de eso.

100220122406 Sin embargo, hay más elementos de juicio que nos hacen sospechar que hay algo raro en todo esto. Mientras a todos los comerciantes del casco histórico se les obliga, a golpe de multa, a hacer lo que al Alcalde le parece bonito porque lo dice él, resulta que el Ayuntamiento instala en San Marcos (previo destrozo estético del lugar) unas mamparas con iluminación que si las intenta poner un particular sería fusilado en el templete de la Plaza de España.

¿Por qué hay este doble rasero? Quizás porque San Marcos ha quedado tan mal que ya da igual lo que se ponga, no se puede hacer más feo.

No me entiendan mal. No tengo nada contra La Barra y la cafetería San Marcos, más bien al revés. Soy habitual cliente y no sólo me cae bien la gente que lleva estos negocios sino que les hago una publicidad muy positiva ya que creo que son muy buenos profesionales del sector, de los que hacen que lo de “y para comer, Lugo” se mantenga en el tiempo. Esto no va con ellos. No me meto con que se permitan o se instalen esos separadores luminosos para su beneficio, que me parece fantástico, me meto con que al resto se les multe por hacer lo mismo. Me meto con la diferente vara de medir. Bastante tienen con que les hayan metido esos adefesios frente a sus negocios cuando San Marcos podía ser uno de los sitios más bonitos de Lugo ya que lo difícil ya lo tenía (las preciosas fachadas de los edificios particulares y la de la Diputación, que es preciosa).

Tendremos en Lugo más magia en las terrazas. Veremos cómo los faroles de calor que el Ayuntamiento subvencionaba hasta hace poco en breve serán prohibidos; veremos cómo permiten poner lámparas de calor suspendidas en brazos atornillados en las fachadas pero prohíben poner lámparas de calor atornilladas en las fachada (los fabricantes de brazos articulados están encantados con la medida); veremos cómo se obliga a pones terrazas de madera a la intemperie mientras se prohíben puertas de madera de los mismos locales… veremos la magia de Orozco, que convierte lo absurdo en ley y su capricho en voluntad del pueblo.

David Copperfield estará verde de envidia, ahora que ya no está con Clauda Schiffer. Antes imagino que le resbalaba todo.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Pepito Grillo

Se lo están poniendo fácil a Rosa Díez, la verdad.

Hoy vemos que el portavoz de Amaiur habla del "total compromiso" de su agrupación con "las víctimas y los presos", así, equiparando,y a continuación pide que se acerquen los condenados al País Vasco, se excarcele a los enfermitos y cosas así, sin cambiar de párrafo. Y no sólo se contentan con eso, sino que hablan de que se haga "cien por cien de la memoria” y la creación de una comisión de víctimas para que se haga el "reconocimiento" de todas ellas. Vamos, que pobrecitos los presos y los terroristas muertos en acto de servicio, víctimas incomprendidas del Estado opresor.

El lenguaje del señor este, de cuyo nombre no quiero acordarme, lo único que hace es dar la razón a Rosa Díez. Se ha quedado sola en el Congreso, pero eso no quiere decir que no tenga razón de su parte. Ésta no es una cuestión numérica, sino argumental. Copérnico tenía razón al decir que la Tierra gira alrededor del Sol y no al contrario, aunque sostuviera semejante idea él solo contra el resto de la humanidad.

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Rosa Díez se está convirtiendo en la conciencia del Congreso, en el Pepito Grillo que grita lo que otros no se atreven a decir públicamente. Confieso que no me acaba de convencer su partido, tal vez por desconocimiento, pero que sea “el partido de Rosa Díez” es como “el partido de Álvarez Cascos”, que no tienes muy claro por dónde va. Tal vez sea cuestión de afinar el mensaje y aclarar conceptos, pero parece que casi nadie sabe que se llama Unión, Progreso y Democracia, porque nadie habla así de ese grupo.

Pero que a día de hoy no me convenza UPyD por su aparente bidimensionalidad (tema que prometo estudiar con detenimiento, que nunca se sabe), no quiere decir que no crea que tiene razón en muchas cosas: por ejemplo, es el único partido que yo sepa que defiende la asunción de algunas competencias por parte del Estado que nunca debieron salir de ese ámbito, o que hable de laicismo estatal sin un tufo claramente anticlerical.

A día de hoy, tengo que decir que es el único que ha mantenido un discurso coherente en lo que al tema de ETA se refiere, porque después de las barbaridades que tuvimos que escuchar en un foro tan sagrado como el Congreso de los Diputados, reconozco que me hierve la sangre.

lunes, 20 de febrero de 2012

La pancarta no ha muerto, estaba de parranda

Como liberal que soy siento una profunda desconfianza hacia la intervención estatal en casi todos los ámbitos. Mi máxima es “menos es más” en cuanto a que Papá Estado venga a dar la tabarra al ciudadano adulto y responsable que hace lo que le viene en gana precisamente porque es su libertad la que prima. También, por la misma razón, he defendido siempre la organización de la sociedad civil como contraposición al poder político, cosa que en España no se acaba de comprender muy bien, ya que estamos acostumbrados a que cualquier asociación de dos o más personas automáticamente cojee de un pie político y sea una entidad “vinculada” a una u otra opción.

La Democracia es mucho más que ir a la urnas cada cuatro años; es mucho más que votar a un partido, a otro o a otro; es muchísimo más que elegir entre las pocas opciones que nos ofrecen. Vivir en Democracia es ser un ciudadano, no un simple número, consciente de nuestros derechos, nuestros privilegios… y nuestros deberes, claro, aunque esto último parece estar menos asumido por la generalidad del pueblo.

A pesar de esta entradilla, siento una profunda desconfianza hacia la representatividad de la pancarta. En esto pasa lo mismo que con el tema que tratamos el otro día, el de las sentencias judiciales, que uno confía en ellas siempre y cuando digan lo que nosotros queremos que digan. Con la pancarta parece que es parecido.

Este fin de semana los sindicatos salieron de su largo y subvencionado letargo zapateril, en que sólo se echaron a la calle por vergüenza torera cuando no quedó más remedio (eso sí, con la boca pequeña y, les recuerdo, protestando contra los empresarios y no contra el Gobierno amigo). Pero como decía la canción, la pancarta no ha muerto, estaba de parranda: ya gobierna el PP así que ya pueden dar rienda suelta a sus pasiones de gavilanes y lanzarse a sujetar consignas codo con codo con quienes hace tres meses estaban en un Gobierno que nos llevó o al menos colaboró activamente para llevarnos a la ruina.

PancartaCuando Rubalcaba habla de que el PP pretende desprestigiar a los sindicatos no cae en dos puntos fundamentales: el primero que dudo muchísimo que las organizaciones sindicales puedan caer aún más bajo de lo que están; y el segundo que está dando más votos aún a Rajoy (lo que puede incluso compensar los que pierda por las medidas impopulares que tome) porque si alguien cae mal en este país, incluso peor que los políticos, son los sindicalistas por aquello de traicionar a los suyos por un plato de lentejas, o más de 180.000 euros en lentejas, que no son moco de pavo.

Hablan de un millón y medio de personas en las manifestaciones. Eso quiere decir que más de cuarenta millones se han quedado en casa. Y que ni siquiera han ido a la calle todos los votantes de Izquierda Unida, que tampoco son tantos. Para que me entiendan, si en vez de las personas hubieran salido sus representantes a la calle hablaríamos de 15 tíos gritando frente a 335 que se quedarían en su casa.

No me entiendan mal. La “voz de la calle” ha de ser escuchada. Las manifestaciones sí son relevantes, importantes, decisivas en muchos casos, pero no todas las manifestaciones. Cuando una protesta está encabezada por quien hace dos telediarios se sentaba al otro lado de la mesa, cuando es tan notoriamente política, cuando todos sabíamos que la habría dijera el gobierno lo que dijera… en ese caso hay que tomarla con cierta prudencia. Por mi parte, todas las personas que tengo en el Facebook y que han subido fotos de la manifestación son notoriamente antipeperas, y aunque hubieran aprobado declarar al presidente de la CEOE persona non grata y mandarlo al Guantánamo de nuestro amigo Obama (nota: ¿no había jurado por Snoopy que lo iba a cerrar?) habrían salido igual a ponerlos pingando. Cosas de la política.

Las “manifas” en España están un poco demodé, principalmente porque la gente está un poco harta de sentirse utilizada por Tirios y Troyanos. Esas concentraciones convocadas por “plataformas ciudadanas”, en que si rascas un poco te pringas de rojo o azul según sea el caso (esto último menos frecuente, quizás por una menor habilidad para pintar pancartas o más pudor, no necesariamente entendido como virtud), huelen a manipulación a un kilómetro de distancia. Cuando la gente ve que el Prestige no acabó con la vida marina en el mundo, o que quienes cargaban contra la intervención en Irak mantienen tropas en Afganistán y mandan con alegría tanques a Libia y están calentando motores para irrumpir en Siria, empiezan a pensar si sus buenos sentimientos y su justa indignación no habrán sido lanzados cual arma arrojadiza por unos inteligentísimos rasputines de la comunicación.

Esto no es un alegato contra las manifestaciones, ni contra la movilización ciudadana. Justo al contrario, es una defensa fervorosa de las manifestaciones de la ciudadanía, no de grupos organizados de intereses. No les digo que no salgan a la calle, sino que salgan si lo consideran justo y proporcional, no cuando los aprendices de pastores quieren sacar a las ovejas a pastar porque quieren conseguir una subvención para su explotación ganadera.

viernes, 17 de febrero de 2012

La gemela fea

Lo emocionados que estábamos y el anti-clímax que supuso ver la foto. Las comparaciones son odiosas, y más entre hermanas de taller. Hablo de la “Mona Lisa del Prado” un cuadro pintado a imagen y semejanza de la Mona Lisa “pata negra”, la de Leonardo, la buena, probablemente el cuadro más conocido del mundo.

gemela

La presunta gemela se parece lo mismo que el Pozí (en paz descanse) a Marilyn Monroe. Bueno, ahí me he pasado unos cuantos pueblos, pero digamos que la esposa del señor Giocondo se puede considerar enigmática o fea, según el retrato al que miremos. Así se entiende que pasara desapercibido y que estuviera en un almacén del museo de El Prado cogiendo polvo.

Nuestra Mona Lisa tiene la misma pose, el mismo peinado, el mismo traje, el mismo fondo, pero no le falta algo, probablemente la mano de Leonardo. Es una lástima, porque anda que no íbamos a fardar con otra copia del cuadrito en cuestión, pena que a Da Vinci no le diera por hacer tiradas en serie.

A pesar de todo yo, ignorante confeso en lo que a valoración de pintura se refiere (ya lo habíamos hablado, ¿se acuerdan?) les diré que la Mona Lisa “mala” me sigue pareciendo infinitamente mejor que todo lo que en el telediario nos han enseñado sobre ARCO, esa exposición donde no sabes si un montón de cajas apiladas en un palé es una obra de arte (esto es literal) o si se lo han dejado los de la mudanza de la exposición de Baños y Azulejos, que tuvo lugar la semana anterior. Qué quieren que les diga, yo sí creo que el emperador va desnudo.

La Mona Lisa “mala” es mala probablemente por comparación con la otra. No te fastidia. Pero pongan cualquier porquería de las que nos quieren vender ahora como “arte conceptual” o una carallada de esas a su lado y verán que ni es tan “Lisa” ni es tan “mala”. Ahí la comparación sigue siendo odiosa, pero a favor de la copia.

La originalidad no es mala, lo malo es que una obra sólo tenga ese rasgo distintivo. Aún les digo más. Imagínense que la Mona Lisa “mala” fuera la original, es decir, que Leonardo hiciera su versión después de ver el retrato que hoy consideramos una copia. ¿Eso hace que su cuadro deje de ser infinitamente mejor? Para nada. Hay versiones que mejoran el original, incluso películas mejores que el libro en que están basadas. No todo es “es que se me ocurrió a mi”, también hay que tener arte, mano o lo que sea.

El genio de Tàpies con un pincel es muy discutible, pero si hablamos de marketing y venta nadie osará a dudar de su capacidad. Colocar esas cosas que pintaba por las cifras que cobraba tiene un mérito que ya hubieran querido para sí Mozart o Leonardo. Cada uno nace para lo que nace, qué le vamos a hacer.

jueves, 16 de febrero de 2012

Basura organizada

He de hacer una confesión. Hasta hace muy poco tiempo, no reciclaba. Y encima por pereza, que es peor. No será por campañas, ¿eh?, que las hay a porrillo y todos tenemos ese cargo de conciencia colectivo tan poco efectivo como el de ver a los niños desnutridos de África en los telediarios, que te dan mucha penita pero cambias de canal y te pones a ver los Simpsons mientras lloras porque tu apartamento en la costa o la casa en la aldea que heredaste de tus padres no desgrava como segunda vivienda.

reciclaje Ya que estamos en plan sincero, les diré que cambié el chip después de una conversación que tuve hace tiempo con Luis Lamas, que viene siendo el presidente de SOGAMA. Entiendo que es poco operativo que el propio Luis tenga que ir persona por persona echándoles la charla, pero la verdad es que sería recomendable porque no sólo es apasionado, sino convincente, que es muchísimo más importante. Tiene una ventaja grande, y es que te hace ver el problema pero sin caer en la habitual visión apocalíptica que no es que no nos la creamos, sino que nos da miedo aceptarla, así que actuamos obviándola.

Cuando vemos esos reportajes en que nos acojonan con un futuro en el que nadamos entre nuestros propios desperdicios la sensación es parecida con la del hambre en el llamado tercer mundo, la crisis o la guerra atómica: nos da la impresión de que el problema es tan sumamente grave que no podemos hacer nada individualmente, por lo que dejamos que la administración, Papá Estado, se las componga para solucionarlo mientras nosotros seguimos metiendo cartón y cristal con las mondas de plátano. No se nos ocurre que ese problema lo estamos generando nosotros, bolsa a bolsa de basura.

Lo curioso del asunto es que el reciclaje es incluso cómodo, si uno tiene los elementos necesarios. Verán, en mi casa vivimos dos personas y generamos más basura de la que sería razonable pensar. En un mundo en el que hasta las lechugas vienen con bandeja y protector de plástico (no vaya a ser que los pesticidas cojan frío) y todo viene doblemente envasado (un vulgar yogurt trae su vasito y un cartón que los agrupa de ocho en ocho) bajar una bolsa de basura diaria es casi obligado. La media sale a quince bolsas al mes por persona. Multipliquen por los dos millones y medio de gallegos y les sale una pila de desperdicios, más los industriales que también se las traen aunque probablemente estén más controlados.

mueble reciclaje Pero a lo que iba, lo de la comodidad. Si se separan los diferentes elementos te encuentras con que la basura orgánica es muy poca en comparación a la demás. En casa generamos más papel y envases que otra cosa, y como eso no huele si no se baja todos los días tampoco pasa nada. Nuestra solución ha sido un mueble muy práctico, en forma de torre, que como si fuera un zapatero de pared al tirar abre tres cajones (papel/cartón, envases y vidrio) dejando el tradicional hueco bajo el fregadero para los residuos “de toda la vida”. También lo hay con un cuarto cubo para esto. Lo malo es que el mueblecito de marras cuesta unos 200 eurazos, aunque yo lo encontré por un cuarto de ese precio en una tienda de saldos.

Tal vez la administración tendría que tender a facilitar los medios materiales con más alegría. En el Ayuntamiento de Lugo se hizo, hace muchos años, una campaña en que se repartían unos cubos azules y amarillos compartimentados para ayudar a separar. Seguramente esa campaña fuera más interesante desde el punto de vista práctico que 10 anuncios en prensa, sólo que estos últimos son los que luego aportan jugosos reportajes en que sale el preboste político de turno cantando sus alabanzas.

El reciclaje es cosa de todos, y no sólo es algo políticamente correcto o guay porque esté de moda. No podemos pretender que la administración lo solucione todo, y más cuando en lugar de echar una mano nos dedicamos a generar porquería sin molestarnos en juntar papel, vidrio y envases, que tampoco es la cosa tan complicada.

Vale, no hay peor católico que el converso, y por eso les hablo desde la experiencia de mi caída del caballo cual San Pablo de los desperdicios. No es tan complicado, es ponerse, y si lo hacemos bien hasta ahorramos dinero porque el tratamiento de residuos saldría mucho más barato y les recuerdo que eso sale de nuestros impuestos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Bookcrossing

Hoy les voy a hablar de algo que me ha contado una amiga, aún a riesgo de parecer Doña Adelaida, aquella especie de presentadora que tuvo la serie Cristal, la primera telenovela emitida en España con un éxito arrollador (Falcon Crest o Dinastía no eran telenovelas, eran “series” que es lo mismo pero en yanki).

bookcrossing-logo A lo que iba, el tema es que me cuenta mi amiga Susana que hace ya algún tiempo que ha llegado a Lugo el “bookcrossing”. Este anglicismo, como casi todos, define una práctica que se podría nombrar perfectamente en castellano, pero que suena mucho más moderna (dónde va a parar) si se dice en inglés. La cosa va de “liberar libros”. Esto es, dejarlos a su suerte en determinados puntos de encuentro (llamados zonas de liberación, sorprendentemente en castellano) para que otras personas cojan libremente los libros, los lean y los vuelvan a soltar por ahí, pudiendo incluso comentar su opinión sobre el libro en una página web creada al efecto. En esta web, que lógicamente es www.bookcrossing.com, se dan de alta los libros que cada uno suelta por el mundo e incluso puedes ver su historia si la gente se molesta en cubrir los datos.

Es curioso que la única entidad privada que se ha metido a colaborar con este tema es la cafetería “La Casa Azul”, en la ronda de la Muralla, junto a la Xunta. De ocho ubicaciones que hay en Lugo destinadas al efecto, tan variopintas que van desde determinado banco del parque Rosalía hasta el HULA o, como es lógico, las bibliotecas públicas, sólo una es de iniciativa privada, lo cual les honra.

Se han hecho liberaciones “masivas” de libros, muchos de los cuales, me imagino, actualmente adornan estanterías privadas de personas que han aprovechado esta iniciativa para incrementar su biblioteca particular. Error de concepto. La idea va un poco por lo de “la cultura es libre”, y justamente aprovechar esta idea para afanar libros a la colectividad es poco adecuada a su espíritu.

¿Cómo hay que hacer para participar en esto? Muy sencillo, lo primero es entrar en www.bookcrossing.com y registrarse, con los datos que se quieran dar. Después puedes dar de alta cada uno de los libros que quieras “liberar”, con lo que se genera un código que te permite hacer un seguimiento de quién lo ha leído y lo que opina del mismo.

Es ilógico, sí. También lo es Internet, que todos los economistas auguraban que fracasaría en su vertiente más desinteresada y no es así. En varias webs y navegando un poco puedes encontrar trabajos de horas y más horas que muchas personas ponen a disposición del mundo a cambio de nada, de forma altruista, gratuita.

Ánimo. Todos tenemos en casa libros que podemos aportar a esta iniciativa, y no como una forma de librarse de trastos o de cosas que ya no queremos tener, sino todo lo contrario, como medio de compartir una experiencia que nos haya gustado especialmente. Sí, es difícil deshacerse de un buen libro, pero imaginen que vaya a parar a buenas manos y ayuden a otra persona a leerlo… Eso sí es compartir cultura, y no bajarse pelis pirateadas (ejem… el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra… ¡Ay!).

martes, 14 de febrero de 2012

Justicia ciega

Dice el refranero que “más vale caer en gracia que ser gracioso”. Una verdad como un castillo que estos días salta a la actualidad con las noticias que nos vienen dando sobre los diversos procesos judiciales de Baltasar Garzón, Francisco Camps, los niños desaparecidos en Córdoba, Iñaki Urdangarín… La valoración que se hace de unos u otros varía enormemente con independencia de los hechos probados en el juicio o la sentencia dictada por la sala. Da igual. Si la sentencia no nos gusta clamamos al cielo diciendo que la justicia no funciona y nos quedamos tan anchos.

justicia Entre los que “caen bien” no es raro ver a personajes que han sido imputados o condenados por delitos que atentan precisamente contra su función principal. En el caso de Garzón, por ejemplo, vemos que cientos de personas, incluso miles en toda España (el otro día había una decena de lucenses frente al Ayuntamiento que, si bien no son representativos sí son llamativos) se manifiestan sin sonrojo para defender a un señor que ha atentado contra los derechos civiles de una serie de ciudadanos. Como estas personas “caen mal” por ser presuntos chorizos, no pasa nada, es lícito darles caña, interpreto yo que entiende esta masa. También había gente aplaudiendo a Barrionuevo y Vera cuando se les condenó por el tema de los GAL.

Ahora se ha archivado el proceso por cohecho impropio de Garzón, aunque está demostrado que tras aceptar una generosa donación de una importante entidad bancaria archivó un caso contra dicha entidad. Será casualidad, será mala suerte, será una rosa, será un clavel, la cuestión es que si eso lo hubieran hecho Urdangarín o Camps los manifestantes estarían gritando justamente lo contrario, porque les caen mal.

No confundan los términos. Entiendo que Garzón caiga bien porque hizo cosas que a muchos nos parecen buenas, sólo que por el camino equivocado. Si no se investigan los crímenes que se cometieron en la Dictadura es porque no hay base legal para eso, así que lo que hay que cambiar es la legislación. La persecución a ETA no la ha de hacer un juez, sino el Ministerio del Interior, que es quien ha de presentar las pruebas ante la justicia. No se puede ser juez y parte, y mucho menos defender la ley violando su letra y espíritu. Si quería cambiar las leyes tendría que haberse mantenido en su escaño parlamentario, cosa que no hizo.

No voy a valorar si la simpatía es o no ajustada a mis preferencias personales, porque ese no es el tema. La cuestión, precisamente, es que la justicia, como se suele representar, ha de ser ciega, sin entender de simpatías personales ni de otro juicio que no sea el derivado, ya no de la verdad, sino de lo legítimamente demostrable en un pleito. Es la única manera de que el sistema se sostenga, soltando a muchos culpables para evitar condenar a un inocente.

Otra cosa diferente es que los españoles hayamos sancionado una Constitución que dice unas cosas… Probablemente el 99% de la población no se ha leído nuestro texto fundamental, cosa que me cuesta mucho trabajo entender porque no es Derecho, es la piedra angular de nuestra sociedad tal y como se supone que la entendemos. Precisamente por eso, por ignorancia, el común de nuestros conciudadanos no sabe que, por ejemplo, el Rey es inviolable. Esto quiere decir que si a Don Juan Carlos le da un día por coger una pistola y empezar a liquidar gente en medio de la Puerta del Sol no se le puede detener, denunciar, procesar ni condenar. Se va a su Palacio Real tan campante. Imagino que incluso en coche oficial y con escolta. Si Agatha Christie viviera haría una serie de novelas en que el asesino fuera el Rey, y se resolverían pronto porque ni siquiera tiene que disimular. Para desgracia de su yerno, ese desmedido privilegio, difícilmente entendible, no cubre a toda la Familia Real, sino únicamente al monarca.

Pero una cosa es un privilegio otorgado al Rey por la Constitución (que, insisto, no comparto) y otra muy diferente que la ley se aplique según un muestreo popular. Garzón ha delinquido, asúmanlo. Puede que algún otro declarado “no culpable” (hablo de Camps, claro) también haya hecho algo mal, pero el principio de presunción de inocencia no sólo es vital en un Estado de Derecho, sino en una sociedad que no puede permitirse desconfiar de alguien porque tenga mala pinta. Eso no está bien ni en las tertulias de café. Si queremos ser un país serio hay que empezar por ahí.

lunes, 13 de febrero de 2012

Geografía política

En mi etapa de estudiante de lo que era E.G.B. dábamos geografía política, que venían a ser las delimitaciones de los diferentes países. Nos teníamos que saber, en mapamundi mudo que se llamaba, la localización y capital de todas las naciones del planeta. Sin embargo no voy a hablar de eso.
 
Con el título de “geografía política” me refiero a una especie de ciencia de lo absurdo, nacida no del sentido común ni de la oportunidad siquiera, sino de la estupidez que supone plasmar las cosas a lo loco por no quedar mal con nadie.
 
Soy consciente de haber mencionado en más de una ocasión la espantosa Plaza de San Marcos. He de reconocer que conozco a una persona a quien le gusta, quién lo iba a decir, pero también es la única. En el muestreo que he realizado entre amigos, conocidos y caras de susto que veo cuando paso por esa zona, tengo la impresión de que al bueno de Jorge es al único al que le gusta la reforma que han hecho de San Marcos.
 
Pero a lo que iba. La última adenda realizada a la plaza es un nuevo adefesio en forma de arcos de metal. Por lo visto dichos arcos están diseñados (es un decir) para poner pantallas con información turística en una mitad y otra mitad para colocar cartelones de diferentes actos, exposiciones y demás. De las tres instalaciones, sólo una está en funcionamiento, y empiezan con lo que se viene llamando mal pie.
 
Si ustedes ven alguna vez Telelugo, que supongo que sí (todo el mundo niega verla, pero sales un minuto y al día siguiente no hacen más que decírtelo) habrán visto esos preciosos publirreportajes sobre la Provincia de Lugo de la Diputación. No es coña, es que me parecen bonitos de verdad, con unas imágenes impresionantes de Lugo tomadas por tierra, mar y aire. Pues bien, han aprovechado esos reportajes para ponerlos en la única pantalla que funciona de las tres que se avecinan. Hasta aquí todo correcto, si no entrara en juego la cosa política entendida como cutrez supina.
 
Bajo el título de “A Mariña” y unos vídeos en que se ve todo el rato nuestra preciosa, impresionante y muchas veces poco valorada costa, meten la pata relacionando todos y cada uno de los ayuntamientos de la Provincia de Lugo, con lo que al observador ajeno se le transmiten las grandezas de las playas de Monterroso o los acantilados sobre el mar de Outeiro de Rei, las rompientes olas sobre la costa de Piedrafita o el puerto pesquero de Sarria.
 
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Lo peor de todo es que dudo muchísimo que se trate de un error. Conociendo a esa especie de politiquillos de medio pelo que anidan en algunas de nuestras instituciones, lo más probable es que pensaran “si meto sólo los ayuntamientos de la costa se me van a mosquear los demás” con lo que de forma salomónica los meten a todos y andando.
 
¿Qué más da que se suponga que son paneles informativos? ¿Qué importa despistar al turista? Después de todo, esos no votan en Lugo, que es lo único que le quita el sueño a estos aprendices de brujo.

viernes, 10 de febrero de 2012

La sentencia de Garzón

Es el tema del día. A estas alturas todo el mundo tiene su opinión formada, pero el problema realmente no es ese, sino que ya la tenían formada hace un día, una semana, un mes… Creo que ya he citado que Conan Doyle decía por boca de Sherlock Holmes que es un craso error teorizar antes de conocer los hechos, ya que intentamos apuntalar nuestras convicciones en lugar de crearlas a partir de lo sucedido. Con esto pasa algo similar.

Para informarse, la mayor parte de la población acude a los medios de comunicación. Entiendo que leerse 70 folios de sentencia no es sencillo, y que da una pereza tremenda, pero es la fuente de la discusión. Invito a buscarla por Internet, que lo tiene todo, y leerla con calma porque merece mucho la pena. Ahora toca el turno de los tertulianos de televisión, que suelen ir a los platós a decir simplezas porque saben que su audiencia mayoritariamente es lo que es capaz de asimilar. Yo tengo más fe en los lectores de este blog y sigo explicándoles el tema jurídico confiando en su buen juicio (valga la redundancia).

Vamos a partir de una base muy básica, la idea que configura nuestra Constitución, y el sentido común, sobre la justicia. Se supone que hay una parte que persigue a los criminales y otra que comete delitos. Uno son los que acusan a los malos, buscan pruebas contra ellos y proponen una condena. Los otros se defienden de las acusaciones como pueden. Ambos se someten al arbitraje de un juez imparcial que, se supone, valora lo que aporta una y otra parte con ecuanimidad y da la razón a quien las pruebas dicen que la tiene, con una peculiaridad: en caso de duda ha de apoyar la inocencia para evitar condenar a quien no ha cometido delito alguno.

Garzón Sobre este caso en particular, les voy a hacer un breve resumen para que tengan algún argumento sólido, otra cosa es que les gusten las conclusiones. La cosa va de que Garzón, juez que llevaba el tema de la presunta trama de corrupción de Gürtel, ordenó la escucha de todas las conversaciones entre los acusados y sus abogados, ya que entendía que se estaba dirigiendo un chiringuito criminal desde la cárcel a través de estas entrevistas confidenciales. Los escuchados reclamaron por estas grabaciones y ahora el Tribunal Supremo acordó por unanimidad que fueron no sólo un error, sino un delito por parte de Garzón ya que las ordenó sabiendo perfectamente que no podía hacerlo.

La cuestión no es si está mal escuchar a un acusado y su abogado si hay indicios de que están delinquiendo al amparo de esta confidencialidad, la respuesta a eso es evidente: sí está bien y de hecho se puede. El problema no es ese, sino que Garzón autorizó las escuchas de TODOS los abogados, hubiera indicios o no, incluso de los aún no contratados. Vamos a los ejemplos, que clarifican mucho las cosas: una persona está en la cárcel y dirige desde allí su imperio del mal usando de enlace a su abogado. Un juez, simplemente porque se le ocurre que tal vez sea así, no puede intervenir las conversaciones a menos que exista algún tipo de indicio razonable. Si autoriza las escuchas porque tiene algún elemento de juicio (no una prueba, sino un simple indicio) no hay ningún problema. Pero imaginen que ese juez autoriza las escuchas porque se imagina que podrían usarse para algo delictivo. Ahí sí incumple, porque hay un derecho de confidencialidad que sólo puede ser violado por una causa razonable. Creo que hasta aquí casi todo el mundo estará de acuerdo. Pues bien, Garzón autorizó las escuchas de abogados actuales y futuros. ¿Cómo puede haber un indicio de criminalidad si ni siquiera hay el más mínimo contacto? Ahí está el problema.

Lo dice claramente la sentencia: “1. Ya en lo que se refiere a la injusticia de la resolución, tal como resulta de los hechos probados, debe tenerse en cuenta: a) que el acusado acordó la intervención de las comunicaciones de los internos con todos los letrados; b) que lo hizo mediante un acuerdo tan genérico que afectaba, sin excepción alguna, a cualquier letrado defensor, ya designado o que lo fuera en el futuro; y c) que no disponía de dato alguno que indicara que alguno de los letrados, de los que según los hechos probados fueron afectados, estuviera aprovechando el ejercicio de la defensa para cometer nuevos delitos“.

Hay otro párrafo muy revelador: “la investigación criminal no justifica por sí misma cualquier clase de actuación, y con mayor razón si implica vulneración de derechos fundamentales. Como se ha dicho en numerosas ocasiones, la verdad no puede alcanzarse a cualquier precio“.

Imagino que no es popular en este momento defender esta sentencia, a pesar de que sea impecable jurídicamente y unánime en su respaldo por los jueces del Supremo. Tal vez sea dura la condena, eso no se lo voy a discutir y habría que ver qué condena le habrían puesto a otra persona que no fuera Garzón. Quizás en vez de 11 años de inhabilitación serían siete, cinco, tres o uno, pero el hecho central es difícilmente discutible.

Otra cosa es que Garzón nos caiga bien o mal, o que estemos de acuerdo o no con su actividad jurídica y política. Es curioso que cuando el ex-súper-juez critica la sentencia porque se siente perseguido le hagan mucho caso, y que cuando otras personas hablan de que les acosa nos falte sacar número para apuntarnos a esa persecución. Eso ya es cosa de cada uno con su moral.

El fin no justifica los medios, y mucho menos en un tribunal de justicia. Una sociedad en que los jueces pueden violar los derechos de un ciudadano de forma arbitraria, sin indicio alguno, tiene un nombre: dictadura. Como liberal esta sentencia me parece correcta. Como ciudadano, me alivia. El gran hermano de Orwell ha de quedarse donde está, en su novela y en un programa de televisión de dudoso gusto e indiscutible audiencia.

jueves, 9 de febrero de 2012

De políticos y curas

Don Francisco Vázquez, conocido por todos como Paco Vázquez, ex-alcalde de La Coruña y embajador hasta hace poco de España ante la Santa Sede, ha dicho que el PSOE ejerce un “anticlericalismo casposo” por decir que si gana las elecciones (lo dicen con tiempo, la verdad) se replanteará muy seriamente los acuerdos con el Vaticano. El señor Vázquez siempre ha sido peculiar en sus declaraciones, y muchas veces sorprende que esté en el partido en que está, igual que su compañero de filas, Bono.

vazquez Pero esa sorpresa no es tanta si se analizan la cosas con cierto detenimiento. Un partido político es más que un bloque de ideas fijas, es una agrupación de seres humanos con ideas propias, que pueden estar mayoritariamente de acuerdo con la filosofía general de una siglas pero en desacuerdo con temas puntuales. Eso no quiere decir que estén fuera del partido ni que estén a favor del contrario, salvo que se trate de atacar la piedra angular de la filosofía del grupo.

Por ejemplo, no tendría sentido un socialista liberal, ni un miembro del PP que defienda las teorías marxistas. Pero que Paco Vázquez defienda el papel de la Iglesia dentro del Estado es una postura filosófica que nada tiene que ver con el socialismo. Lo mismo pasa con Alberto Ruíz Gallardón, que ha montado un lío considerable al decir que considera que el matrimonio gay es constitucional. La diferencia radica en que uno es un simple ex-alcalde y el otro nada menos que el Ministro de Justicia, la cosa varía sustancialmente. Uno no se puede desmarcar cuando le apetece de su jefe si es ministro, es una de las obligaciones del cargo, la prudencia. Gallardón sigue acostumbrado a ser el todopoderoso jefe de su grupo municipal y ha de asumir su papel, le guste o no. Supongo que cuando era alcalde maldita la gracia que le haría que un concejal le contradijera en público.

Respecto a los temas en sí, ya que éste es un blog de opinión, hay que opinar. No estoy en condiciones de dar la razón a ninguno de los dos, es decir, “no” (adaptación libre de “Piratas del Caribe”; Barbosa dixit).

gallardónEmpezando por Paco Vázquez, creo que no sólo no es casposo revisar esos artículos, sino todo lo contrario, lo casposo es mantenerlos. Alejar a la Iglesia de las escuelas y centros de enseñanza pública (los privados que hagan lo que quieran) no es atacar la religión, sino todo lo contrario. Cuando la religión se convierta en algo voluntario, libre, y que no tenga esa carga lectiva de “asignatura” probablemente recuperará popularidad, siempre y cuando acompañen eso de ciertas medidas básicas tan singulares como la no discriminación de la mujer en la Iglesia sin mencionar otros temas cuyo debate es más profundo. En cualquier caso, no tiene sentido alguno que la Iglesia Católica mantenga esa serie de prerrogativas con el argumento de que es la religión mayoritaria de España. Hay que reconocer que esto cada vez es menos realista y que probablemente la religión mayoritaria de España en este momento sea el ateísmo, o como mínimo el “yo creo en algo, una energía o algo así, pero no en la Iglesia”.

De la misma manera que escapamos de los crucifijos y sotanas, hay que alejar de nuestros colegios públicos las costumbres de otras religiones, incluyendo velos, turbantes y demás elementos ornamentales que no se permiten a los estudiantes si tienen forma de gorra o bufanda. En los colegios no hace un frío tal que justifique esas cosas.

En cuanto a nuestro amigo Gallardón, creo que se ha metido en una piscina de la que no ha calculado bien el agua. Quiere desmarcarse de un recurso al constitucional que su partido ha protagonizado, con un coste electoral importante en su momento, y al mismo tiempo ser el responsable de Justicia del Gobierno de Rajoy. “Aquí, ¿a qué estamos?, ¿a setas o a Rolex?”. No sé si conocen el chiste, pero por si no es así tiraremos de refranero y diremos lo de que no se puede dar misa y estar repicando.

Por otra parte, he de decir que en mi modesta opinión la Constitución no recoge el matrimonio homosexual, con lo que éste sería “aconstitucional”. La Constitución dice, literalmente “El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica”. Evidentemente este artículo se redactó pensando en acabar con el sometimiento de las mujeres a sus maridos, y parece restringir con bastante claridad el matrimonio a la idea de “el hombre y la mujer”. Sin embargo, tampoco lo prohíbe, y el artículo 14 de nuestra norma fundamental habla de la igualdad ante la ley “sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Desde luego, no está absolutamente claro, y dudar de la constitucionalidad de una cosa no quiere decir que se esté en contra de la misma, puede ser un análisis meramente jurídico. En cualquier caso, si se ha modificado la Constitución para que las administraciones no se endeuden o para que un alemán pueda ser Alcalde de Mijas (es un decir) no estaría mal revisar el artículo en cuestión para aclarar las cosas de una vez por todas y reconocer un derecho que, sin la Biblia o el Corán en la mano, es difícilmente discutible.

Si les soy sincero, estoy en contra del matrimonio civil en sí mismo. Antes de que se me asuste nadie paso a aclarar mi idea. Considero que el matrimonio, como tal, es un sacramento religioso, con lo que entiendo que el término en discusión, es decir, la propia palabra “matrimonio” debería reservarse para la unión religiosa, el sacramento. Pero para el Estado, es decir, lo que viene siendo el reconocimiento legal de la unión de una pareja, el sacramento debe ser irrelevante, por lo que no comparto que se hable de matrimonio en términos jurídicos. Debería cambiarse la denominación y hablar de “uniones” o como quieran llamarlas, y que dichas “uniones” estén abiertas a cualquier adulto con capacidad legal de obrar. Me da igual sexo, raza, renta o circunstancia alguna, el Estado ha de ser simplemente un registrador de una unión personal para hacer valer los efectos legales a que dé lugar. Nada más, y nada menos.

La moralidad no está reñida con la sociedad civil, sino todo lo contrario. Es la propia Sociedad, con mayúsculas, la que crea, modifica y decide cuál es la verdadera moralidad. Hace unos siglos la esclavitud no era inmoral, ni el sometimiento de la mujer, ni muchas otras barbaridades… La religión ha variado bastante menos que esta Sociedad que cuanto más evoluciona más rechaza cruces y medias lunas. Quizás haya que replantearse muchas cosas, pero desde luego la que es difícilmente discutible es la de la separación entre las corporaciones religiosas y el Estado.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Logroño, capital española de gastronomía 2012

Vaya decepción. Presentamos candidatura a la capitalidad española de gastronomía 2012 y nos venció Logroño. A nosotros, los del “y para comer, Lugo”, los que tenemos los mejores productos de España en tierra, mar y ríos, los que conseguimos que en muchas partes de España en vez de chuletón de Ávila se ponga chuletón de Lugo (por lo de Ternera Gallega, ya saben), los que tenemos una costa que produce los pescados más exquisitos de Galicia y, por tanto, del mundo…

Dice el señor Antón Bao que Lugo quedó de tercera, a pesar de que sus palabras no se ven respaldadas por ninguna mención en ningún rincón de la web que se creó para promocionar el evento y que recoge todas las noticias del mismo (www.capitalespanoladelagastronomia.es). He buscado como un poseso, y la única referencia que Internet arroja sobre ese presunto tercer puesto que Bao afirma que se conquistó es la de sus propias palabras en diversos medios. Es más, en declaraciones del presidente de la FEPET (Federación Española de Escritores y Periodistas de Turismo), Mariano Palacín, la comisión que eligió a Logroño como ganadora tuvo “siete rondas de votaciones” y al final se consideró “Oviedo, Logroño-La Rioja y Valladolid los tres proyectos más interesantes y salió Logroño-La Rioja por muy pocos puntos por encima de Valladolid”. A Lugo ni la mencionan.

Documentación Hay una foto en la web de marras bastante reveladora. En ella se ven los proyectos presentados. El de Logroño, en una lujosa presentación realizada en una caja de madera de las que protegen los buenos vinos; los de Valladolid y Oviedo en encuadernaciones menos elaboradas pero vistosas. El de Lugo con canutillo de espiral.

Lo que no acabo de entender es qué clase de promoción se hizo para optar a esta capitalidad. Verán, los ganadores logroñeses hicieron una presentación en FITUR a la que acudió como máximo representante el Presidente de La Rioja, que elogió las virtudes gastronómicas de su tierra. En Lugo se hizo, tres días antes del fallo del jurado, una presentación en el Ayuntamiento de Lugo para consumo interno.

Esa es, precisamente, la clave de todo esto. La cuestión no es ganar, ni siquiera es tomárselo en serio, es vendérselo a los lucenses como una de las grandes iniciativas de Orozco/Bao (tanto monta, monta tanto). Han logrado su gran objetivo, que es salir en los periódicos como los grandes paladines de la gastronomía lucense, creando unas expectativas totalmente absurdas que, por supuesto, se vieron defraudadas.

Para presentarse a un concurso de algo lo primero y más importante es leerse las bases del mismo, más que nada por aquello de saber de qué va. Dicen las de este concurso lo siguiente: “El comité técnico valorará las políticas desarrolladas en favor del fomento de la gastronomía como destino turístico; el apoyo de la propia Comunidad Autónoma a la candidatura; la política de ayudas y subvenciones a los productos D.O., I.G.P. y E.T.G.; las medidas de apoyo al fomento del producto de proximidad y la agricultura ecológica; el programa de actividades a celebrar durante el año de ejercicio de la Capitalidad; la presentación de destinos y productos turísticos relacionados con la gastronomía y la enología; la infraestructura turística de la ciudad, así como los planes de formación profesional y promoción específica dirigidos a la hostelería.”

Es decir, que no se toma en consideración la calidad del producto, la elaboración y el servicio, sino otra serie de caralladas promocionales. No estoy diciendo que esté de acuerdo con las bases, al contrario, pero sí que cuando uno presenta una candidatura de una ciudad es importante leer lo que se pide. Siendo generosos podemos decir que se cumple lo del apoyo de la Comunidad Autónoma (hasta Bao se vio obligado a invitar a una representante de la Xunta a la presentación, a pesar de lo que le duele eso) y quizás las ayudas a la Denominación de Origen y demás que se hace en Galicia. Pero por lo demás, nanai: ¿qué actividades se propusieron para la capitalidad? ¿qué productos turísticos hay relacionados en Lugo con la gastronomía? ¿qué apoyo hay a la agricultura ecológica?… ¿se menciona algo de esto en la documentación remitida por el Ayuntamiento?

Ya que muchas de las cosas que se recogen no se cumplen o directamente ni nos suenan demasiado, el otro camino para ganar en una de estas convocatorias es la de buscarse apoyos, o dicho de otra manera, enchufe. ¿Cómo puede hacer un Ayuntamiento como el de Lugo para eso? Pues miren, está todo inventado. En los años 90 hubo en Madrid una comida organizada por el entonces Alcalde, Joaquín García Díez, a la que se invitó a los principales hosteleros de la ciudad y a los periodistas más importantes de Lugo afincados fuera de nuestra tierra. José María Carrascal, Silvia Jato, Julia Otero, José Manuel Parada, Fernando Ónega… compartieron mesa y mantel con una representación de su tierra y una cosa tan tonta generó un recordatorio de su tierra que probablemente influyó en anécdotas importantes como aquella frase que dijo Carrascal en su telediario cuando estaba en la cresta de la ola: “Ah, Nueva York, Nueva York, mi ciudad favorita del mundo… después de Lugo”. Esa tontada valió más que todos los anuncios pagados con nuestros impuestos en la prensa local, entre otras cosas porque fue natural.

Lugo tiene una Duquesa que no pisa la ciudad desde hace años. Vale que la monarquía, gracias al cuñadísimo de la infanta Elena, no está en su mejor momento, pero aún así no habría estado de más darle un telefonazo y que se acercara al stand de FITUR en que estuviera algo de Lugo (supongo que el de la Xunta) para respaldar la candidatura local a este tema. Ups, me olvidaba, el BNG es republicano y es el que manda. ¡Qué demonios!, tienen razón: mejor honra sin barcos que barcos sin honra.

martes, 7 de febrero de 2012

Ni sí ni no

Hace unos días eliminé de este blog un pie que daba opción a los lectores a poner “estoy de acuerdo” o “no estoy de acuerdo”. Tengo que decir que esto fue debido a causas técnicas ajenas a mi voluntad, ya que si por mi fuera lo habría eliminado muchísimo antes, pero es que no sabía cómo hacerlo.

SiNo¿Por qué? Muy sencillo. No me gustan las respuestas demasiado simples. Es muy sencillo hacer clic en “sí” o “no”, “blanco” o “negro”, “todo” o “nada”, pero poco  concreto. Si una persona no está de acuerdo con un artículo de este blog, o si quiere apoyar o matizar cualquier cosa que se diga, es muy libre de hacerlo en el apartado de comentarios. Nunca he borrado ninguno, aunque francamente, me reservo el derecho de hacerlo si alguien pone una barbaridad, que el anonimato es una cosa muy peligrosa para estos temas.

Si se fijan parece que ahora todo se puede resumir. Muchísima gente no lee ya las noticias, sólo los titulares. Los telediarios cada vez alargan más la introducción en que hacen un breve resumen de lo que nos van a contar, porque saben que muchísimas personas cambian de cadena en cuanto empiezan a profundizar en los temas.

Tenemos que intentar escapar de esta dinámica. Los libros no se pueden resumir en dos folios, ni las películas en cuatro líneas, ni la historia en un “buenos y malos”. El mundo es complejo y como tal nos pide que rasquemos un poquito más de lo obvio.

Es por eso por lo que he eliminado el simplista “estoy de acuerdo” y “no estoy de acuerdo”. Les invito a comentar lo que crean oportuno, con educación y con “sentidiño”, con argumentos y aportaciones. Serán bienvenidos.

lunes, 6 de febrero de 2012

Tonto es el que hace tonterías

Que las malas noticias son más noticia que las buenas lo sabemos todos. Los titulares de “guerra” son siempre más grandes que los de “paz”, a pesar de que esta última palabra, al ser más corta, se presta mejor a poner el tipo de letra más gordo. De la misma manera, un asesinato siempre ocupa más espacio que un salvamento, o un divorcio sonado el doble que una boda de alto copete.

tormenta Con el clima pasa lo mismo. No hay grandes titulares que digan “hace un tiempo razonable para la época en que estamos”, pero sí se nos inunda de alertas rojas, naranjas y otros colores chillones cuando el termómetro baja de 5 grados de máxima, dependiendo de las zonas. Con el rollo de que “más vale prevenir”, nos ponen la cabeza como un bombo con mapas azules que dan frío con sólo mirarlos y acojonan a la gente de tal manera que los niños no van al cole y nos falta muy poco para poner tablones en las ventanas como hacen los estadounidense en las películas cuando viene un tornado. Luego resulta que no es la cosa para tanto, y no sólo eso sino que muchas veces todo se queda en un temporal de los que aquí llevamos viendo caer de toda la vida, o ni eso.

Además a de Pedro Picapiedra y Simón Pedro (el de “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”), todos conocemos a Pedro el del lobo. Aquel que se aburría soberanamente y se ponía a pegar voces alarmando a sus vecinos hasta que un día apareció realmente la bestia y nadie le hizo caso, así que se quedó sin rebaño. Vaya hambre tenía el lobo, por cierto, que un rebaño entero no se lo comen ni Carpanta (¿alguien más se acuerda de Carpanta?). Pues con esto pasa lo mismo.

Esta vez ha sido cierto, aunque en Galicia nos ha tocado de refilón y de hecho no han sido unos días especialmente fríos para la época en que estamos. En esta tierra sabemos desde los tiempos de María Castaña (lucense mundialmente conocida) que en enero/febrero el grajo vuelva bajo, no hace falta que nos abran los telediarios con eso, pero ya nadie se fía de estas noticias. Vemos incrédulos las imágenes de toda Europa congelada, coches enterrados en nieve, la torre Eiffel vestida de novia, Venecia con calles asfaltadas de hielo… Insisto, esta vez ha sido cierto.

Personalmente no me considero una persona temeraria. Sin embargo he de confesar que en uno de esos temporales tremebundos que nos anunciaron cogí alegremente el coche y me marché a Pontevedra. No estoy seguro pero hasta me parece que fue cuando vino a vernos el Klaus. Había árboles tirados por la carretera, literalmente. No crean que no le tengo apego a mi pellejo. Nos llevamos muy bien en una relación de simbiosis provechosa para las dos partes, y no tengo ningún interés en perjudicarlo lo más mínimo, pero mi estupidez de ese día no se debió a que no tuviera respeto a las fuerzas de la naturaleza, sino a mi falta de confianza en las previsiones alarmistas.

Si ese día me hubiera matado en el coche entendería que el titular fuera “un idiota saca el coche en pleno ciclón”, algo similar al tan criticado titular del chaval que se ahogó en Coruña y se llevó con él a tres policías. Como dijo Forrest Gump “tonto es el que hace tonterías”, pues idiota es el que hace idioteces, así que habrá que ser más prudente y creerse a los telediarios cuando alertan, aunque a veces la tontería sea quedarse en casa con un día estupendo… o no bañarse borracho en un mar revuelto en plena noche.

viernes, 3 de febrero de 2012

XII Muestra de Teatro Clásico

Reconozco mi tremenda ignorancia sobre dos artes: pintura y teatro. Principalmente porque ninguna de la dos cosas me gusta demasiado, y de ahí mi falta de atención. Mi analfabetismo es mucho más acusado en el tema teatral que en el pictórico, gracias principalmente a aquellas clases de Historia del Arte que Rosa Piñeiro nos daba en el Femenino y que nos hicieron distinguir un tríptico de El Bosco de un retrato de El Greco.

Mi ignorancia no se refiere a la falta de conocimientos en el caso de la pintura, sino a mi falta de apreciación de las sutilezas de este arte. Les voy a poner un ejemplo muy gráfico: me parece que muchísimos de los cuadros que en Lugo vemos pintar en una mañana en el concurso de pintura rápida que convoca el Ayuntamiento tienen más valor intrínseco que las bobadas de un punto y una raya que pinta Tàpies (sí, la tilde al revés está bien, es en catalán). Sin embargo, los primeros cuadros sólo los venden si ganan el concurso y los segundos valen más dinero del que gano yo en 10 años trabajando. Probablemente es que yo no estoy muy ducho en el tema (el de la pintura, no el del trabajo), imagino, y que por eso se me escapa el valor que tienen la raya y el punto y que hacen que no sea la tomadura de pelo que me parece.

Con el teatro me pasa bastante de lo mismo, pero es aún peor. No sólo me aburro soberanamente con sólo la idea de ir a ver una obra en que un único actor recita, durante tres horas, un monólogo sobre temas indeterminados, en que tengo la sensación de ver una paranoia de difícil salvación, sino que en general el teatro clásico también me resulta un coñazo. He ido a ver un par de obras de este tipo y si les soy sincero no las he disfrutado, y no porque las compare con su versión televisiva, ya que tampoco me gusta el teatro televisado, que para mi no resiste la competencia del cine. Sí lo he pasado muy bien en obras teatrales, pero siempre han sido comedias o montajes tipo monólogos y, por supuesto, en musicales, pero esos son un mundo aparte porque no los considero teatro, sino una forma de solfear. El teatro “serio” jamás me ha atraído lo más mínimo, lo cual es curioso ya que en el Instituto llegué a dirigir una obra de factura propia (era una comedia, claro) que me metió el gusanillo de las tablas del escenario pero no logró hacerme ir de público con el mismo entusiasmo.

teatro Una vez aclarada mi postura distante respecto al tema, tengo que decirles que este domingo comienza la XII muestra de teatro clásico de Lugo, con cuatro obras: Shakespeare para ignorantes, La Celestina, El incierto señor Don Hamlet, y Auto de la Sibila Casandra. De las cuatro la que más me llamó la atención es la primera, porque parecía pensada para mi, pero una vez visto el argumento creo que tampoco va a contar conmigo entre el respetable. A la Celestina le cogí manía cuando me la hicieron leer a punta de pistola cuando era pequeño (nunca entenderé que no hagan leer a los chavales cosas más entretenidas para aficionarlos a la lectura), si bien el montaje por lo visto es espectacular y cuenta con Gemma Cuervo como protagonista, actriz cuyo nombre suena mucho por su popularidad como “Vicenta” en la serie “Aquí no hay quien viva”.

Saben que soy más bien crítico con Orozco y sus muchachos, pero aquí tengo que darles un 10. La muestra de teatro clásico ha aguantado más de una década de ediciones anuales, que no es poco, y consigue traer a Lugo una serie de montajes que de otra manera jamás vendrían. No se puede reprochar el grandísimo esfuerzo que se hace desde las filas de Orozco desde que es Alcalde por mantener este certamen.

No tengo ni idea de las cifras de público, ni si los lucenses responden a la idea con su asistencia. Me cuentan que sí, que suelen venderse muchas entradas. A lo mejor estaría bien hacer públicos los números aunque sólo sea para, si hay mucha gente, certificar el éxito de la iniciativa, y, si hay poca, hacer callar a esos que dicen que “a Lugo nunca viene nada bueno” y que luego o no van cuando traen algo que dicen que les gusta, o van a ver el mismo montaje a La Coruña porque les parece más “in”. Creo que ya les conté que cuando vino un montaje espectacular de La Flauta Mágica de Mozart a Lugo había más gente sobre el escenario que los que estábamos en los asientos y que, a los pocos días en Coruña repetí (es mi ópera favorita y no es fácil verla por aquí porque es un montaje caro y complicado), y me encontré muchas, muchas, muchas caras conocidas que me decían que “cosas como ésta no van a Lugo”. Era el mismo montaje, con la misma orquesta, coros y protagonistas.

En fin, resumiendo, felicito al señor Orozco por este certamen que creo que ha elevado mucho el nivel cultural de esta ciudad. No siempre tiene que gustarle a uno una cosa para que aplauda que se haga.

Les dejo a continuación los enlaces para que vean el programa de la muestra y, ya puestos, puedan comprar entradas. Si les gusta el teatro no lo duden y si no les convence, cuéntenselo a quien sí lo aprecie para que puedan ir y que esta iniciativa se mantenga muchos años más.

jueves, 2 de febrero de 2012

Vigo ama A Coruña, A Coruña ama Vigo

Viene en La Voz de Galicia de hoy que se ha creado una campaña titulada “Vigo ama A Coruña, A Coruña ama Vigo”. La idea es intentar superar la eterna rivalidad entre ambas ciudades e intentar captar un turismo interno que normalmente intenta escapar de ese eje. Los de Vigo tienden más a irse a Oporto y los de Coruña a cualquier sitio que no sea Vigo.

Es una gran idea, sinceramente, aunque creo que habría que hacer más campañas del estilo para intentar olvidar actitudes paletas, de las que me confieso culpable, entre A Coruña y Lugo, A Coruña y Santiago, A Coruña y Santander (esta última sólo por parte de madre)… No voy a caer en clichés, me niego, pero sí es cierto que generalizando, que es una forma de mentir como cualquier otra, hay una antipatía natural entre A Coruña y el resto del planeta, quizás por un mal entendido orgullo de lo propio que se ha traslucido a otras localidades como desprecio a lo ajeno. Puede que sea una cuestión de percepción y no de fondo. Es muy complicado defender lo de uno respetando lo de los demás, sobre todo en las formas. Las comparaciones son odiosas y se hacen más odiosas aún cuando el razonamiento empieza diciendo “pues en mi casa…”.

En Lugo curiosamente el fenómeno es el contrario. Ponemos un pie fuera de la ciudad y nos falta tiempo para poner pingando lo nuestro. Esa especie de auto-inmolación que se practica desde esta tierra se debe a un complejo que nos empezamos a quitar de encima en los años 90, cuando Joaquín García Díez peatonalizó el centro de la ciudad y parecía que esto empezaba a ser otra cosa. Se oía mucho lo de “esto no parece Lugo”, lo cual era sangrante pero popular. Ahora, con las nuevas obras de destrozo del casco histórico encabezadas por la reforma de San Marcos la gente aún está despistada y no sabe muy bien qué decir, salvo que la plaza es fea. Eso sí, criticamos nosotros a nuestra ciudad, pero a los de fuera que ni se les ocurra. Es como cuando tienes un familiar al que todos ponen verde pero que si abre la boca un amigo le dices lo de “oye, cuidadito que es mi primo” (que nadie se ofenda, es un decir).

La campaña, insisto, de acercamiento entre Vigo y A Coruña es muy buena. Coge el toro por los cuernos y no se anda con medias tintas, y precisamente en este momento, en que estamos más que hartos de lo políticamente correcto y de lo neo-políticamente correcto, es hora de que se enfrenten los problemas y no se les eche tierra encima. Han sido los hosteleros, que buscan que fluya el turismo interior de fin de semana entre ambas ciudades. Y lo han hecho bien. Aunque no funcione, al menos es un granito de arena en hablar de lo que no se habla nunca.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Odessa

oro nazi Estoy leyendo Odessa, de Frederick Forsyth. Es una novela ambientada en los años sesenta, que arranca el día del asesinato de Kennedy, y que trata de la organización que da nombre al libro: ODESSA “Organisation der ehemaligen SS-Angehörigen”, es decir, Organización de Antiguos Miembros de la SS. Para sorpresa de muchos esta organización es real, y fue la que se encargó de recolocar y crear nuevas vidas a antiguos miembros destacados del partido nazi tras la II Guerra Mundial, gracias a una enorme fortuna que ocultó en la época de vacas gordas en la neutral Suiza. Presuntamente aún existe.

Forsyth es un escritor peculiar. Ex-piloto de la R.A.F., más tarde se convirtió en ex-periodista de la BBC, de donde salió tras un problema de credibilidad por sus reportajes. Se dedicó entonces a escribir por libre y entre sus primeras novelas está Chacal, de la que se han hecho no sólo una película sino dos versiones diferentes, una de 1973 relativamente fiel a la novela y otra de 1997 en que se actualizó la historia trasladándola, por supuesto, de suelo francés al estadounidense. También cambiaba el objetivo de Chacal y en lugar de ser Charles de Gaulle era… bueno, no lo cuento por si no han visto la peli.

Cuando decía que Forsyth es peculiar me refería a que es uno de esos escritores que mezclan la historia real con la ficción. Otra de sus novelas “El puño de Dios”, también es de este estilo, además de una novela apasionante es un relato de la primera guerra del Golfo, la guerra “buena” de Irak.

Pues en Odessa hace algo similar. Tengo que reconocer que llevo obsesionado un par de días con un presunto diario escrito por un superviviente del holocausto. Evidentemente el diario es falso, pero su contenido no. Está basado en relatos y pruebas encontradas por los aliados cuando llegaron a los crematorios de Dachau, Auschwitz, Sachsenhausen y otros centros del espanto. Desde “La zona gris”, un relato que debería ser de visionado obligatorio, no me había impresionado tanto una crónica de lo sucedido de puertas adentro en los campos de concentración. Es sorprendente lo alto que puede llegar el ser humano y lo bajo que puede caer. Casi resulta difícil creer que la misma especie que ha creado la Capilla Sixtina, Las Bodas de Fígaro o el Taj Mahal es responsable también de los campos de exterminio.

La trama central es falsa, es de su invención, pero tanto la ambientación como la enorme cantidad de datos es totalmente cierta. Suele pasar al revés con la novela histórica y con el cine del género, normalmente lo verídico es el argumento central y lo que se inventan son las anécdotas y detalles, ya que no suelen existir fuentes fidedignas que permitan comprobar todos los aspectos de una vida o, simplemente, por hacer más interesante el argumento. Si uno escribe una novela sobre Isabel la Católica, por ejemplo, lo espinoso es buscar todos los detalles, porque a grandes rasgos su vida es bastante conocida. Se me ocurre otra excepción: Amadeus. Una de mis películas favoritas, está plagada de anécdotas reales de la vida de Mozart, y sin embargo el hilo conductor del argumento es totalmente falso. No es una biografía de Mozart, como todo el mundo piensa al salir del cine, sino el retrato deformado de una obsesión de un Salieri que tampoco era realmente así. Es una licencia literaria.

Hay muchas novelas sobre la época nazi. La esvástica tiene algo hipnótico y el mal siempre es atractivo, no como algo a compartir, sino a estudiar. Ésta es un poco diferente, porque no habla del momento de auge de los nacionalsocialistas, sino del día, del año después de su caída, de lo que pasó con los miles de responsables de una de las mayores abominaciones de nuestra historia. Muchos murieron de viejos tomando el sol en Argentina o Egipto. Probablemente queden bastantes que nunca pagarán por lo que han hecho. Hay historias sin final feliz o siquiera sin final justo.