jueves, 31 de enero de 2013

Ciclogénesis social - (de www.joaquingarciadiez.com)

Hoy no voy a escribir, voy a copiar. Es la primera vez que hago esto en el blog, pero francamente, cuando uno ve un artículo tan redondo y escrito por quien tiene responsabilidades públicas, no puede menos que hacer un “copiar y pegar”. 

A continuación les reproduzco el más reciente artículo firmado por Joaquín García Díez en su blog, que pueden consultar en www.joaquingarciadiez.com.

El autor del artículo, el diputado Joaquín García Díez

Ciclogénesis social

Durante el pasado fin de semana se han combinado dos fenómenos complicados de soportar, uno climatológico denominado ahora ciclogénesis explosiva, y otro político que cada uno ha calificado como ha querido o le ha convenido y al que yo, siendo prudente, no puedo menos que calificarlo de indecencia.

Los temporales o ciclogénesis vienen cuando se dan circunstancias previsibles, derivadas del cambio climático y de todas las alteraciones que el hombre sigue provocando con sus actuaciones irresponsables sobre el medioambiente.

La corrupción en cambio obedece a otros patrones y a una casuística muy variada. Cuando la practican personas que están vinculadas a partidos políticos sus consecuencias se ven multiplicadas y su repercusión mediática también.

Llevamos años escuchando y leyendo en todos los medios de comunicación los diferentes procesos judiciales abiertos con nombres como Campeón, Pokemon, Gürtel, Carioca, Nos..., que esconden tras ellos todo tipo de delitos relacionados con la corrupción y en los que aparecen imputados conocidísimos personajes de la política y otras instituciones hasta llegar al yerno del Rey.

La sociedad está harta de todo este relatorio de presuntos delincuentes que en mayor o menor medida se han aprovechado de sus puestos para enriquecerse. Por ello, cuando estos días hemos conocido más detalles de uno de estos procesos abiertos, la indignación ha sido la reacción generalizada. No es de extrañar en el presente momento, con una sociedad padeciendo tasas de paro insufribles y ajustes difíciles de adoptar y soportar.

En este caldo de cultivo es cuando aparecen aquellos que aprovechan cualquier enfado colectivo para echar más gasolina con tal de obtener algún rédito, sin darse cuenta que lo que están haciendo es incrementar el rechazo también hacia ellos mismos.

Tal grado de indecencia en la vida política sólo admite una respuesta: contundencia. Contundencia en investigar hasta el final y con todas las consecuencias todos los presuntos casos de corrupción. Todos sin excepción.

Hacerlo con celeridad, sin demoras ni excusas, y con la mayor transparencia. Y todo al tiempo que se siga avanzando con premura en el proceso abierto de reducción y ordenación del conjunto de administraciones publicas, reduciendo ayuntamientos, concejales, asesores, fundaciones, instituciones y entes públicos, regulando las competencias, evitando duplicidades, demostrando en definitiva que esta tarea y compromiso del gobierno es irrenunciable y prioritaria.

Porque ya no llegan los informes, las comisiones de trabajo o de investigación de propios y ajenos. Es ya tiempo de la contundencia para evitar que siga sangrando la herida por el mismo sitio. La sociedad ya no nos dará más oportunidades y los que durante años hemos trabajado en el servicio público con honradez no soportamos el hedor de los que se han aprovechado del sistema en su propio beneficio.

Un paso atrás o una justificación de lo injustificable, provocará una ciclogénesis social que podrá predecirse, pero difícilmente podrá controlarse.

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