martes, 9 de abril de 2013

Conspiración contra la Monarquía

Les dejé la semana pasada hablando de la Monarquía y hoy toca volver al tema. Resulta que nos cuentan que hay una “campaña de desprestigio de la Corona” en que una confabulación judeo-masónica (debe ser cosa de la jefatura de Estado ver de conspiraciones en todas partes) que quiere derribar a los borbones para instaurar la República. 

Imagino que la campaña comenzó por hipnotizar al Rey para liarse a tiros con los elefantes y tener alguna “amiga íntima” (que ya habíamos quedado el otro día que en lenguaje no regio solemos llamarlas “queridas”), a Urdangarín para echar mano a la caja (presuntamente) o a Letizia para, según nos cuentan ahora, abortar a escondidas y luego pretender hacer desaparecer las pruebas. Tampoco ayuda que Don Juan tuviera mil millones de pesetas en bancos suizos, si bien esto último, vista su experiencia con el golpe de Estado, suena más a “por si acaso” que a otra cosa. 

Por supuesto esta es la peor visión, ya que aunque lo del Rey está más o menos comprobado (lo de los elefantes con fotos) lo de Urdangarín y Letizia por ahora es una acusación, la primera más seria (por estar detrás un juez) y la segunda vaya usted a saber, porque viene de un primo cabreado y familiares puñeteros los tenemos todos. La sangre es más espesa que el agua, pero también más tóxica en ocasiones. 

La princesa está triste,
¿qué tendrá la princesa?
De lo de Letizia les diré que no me preocupa excesivamente que, si lo hizo, haya abortado. Después de todo no es ilegal y no se puede hacer un juicio de valor por algo que responde perfectamente a la legislación, esté yo de acuerdo o no. Lo que me mosquea, si es cierto, es la segunda parte, la de que llamó a su primo para “hacer desaparecer” los papeles. Eso ya es otro cantar porque ahí ya hablamos de pedirle a alguien que se cuele en una clínica y robe expedientes. Vuelvo a decir que presuntamente (supongo que se me nota que le doy bastante poca credibilidad al tipo éste). 

Pero aunque todo esto fuera cierto nadie ha obligado a ninguno de ellos a hacer lo que hicieron. La “campaña de desprestigio” se la han currado ellos solitos, y hay que decir que tiene narices la cosa porque estamos hablando de gente que tiene su vida más que solucionada con sólo mantenerse dentro de unos cauces razonablemente amplios. Un trabajo que además de un generoso sueldo te proporciona vivienda (en palacio), vacaciones (en palacio), viajes a punta pala (oficiales) y acceso a aficiones (caza, esquí y demás) no es ninguna broma hoy en día. ¡Ah, me olvidaba!, y ser Jefe del Estado. 

Robespierre
La Corona no la pone en peligro El País o El Mundo, ni siquiera los partidos republicanos ni el recuerdo de Robespierre: han sido ellos. Igual que nuestros líderes políticos que en gran medida se han mostrado poco atentos a la realidad del país que dirigen, y siguieron durante mucho tiempo tirando a manos llenas dinero público en chorradas, la Corona no ha estado ágil para enfrentarse a los problemas que han surgido supongo que porque no los vieron graves al causarlos ellos mismos. 

No es malo, como ya dije el otro día, un debate sobre la Monarquía en España. Sin embargo tal vez éste no sea el momento más idóneo porque aquí somos bastante radicales y si antes se permitía todo, ahora saltamos al otro lado del puente y se pide la guillotina en la Puerta del Sol. 

¿Hay conspiración? Puede ser, pero la han encabezado los propios miembros de la Familia Real, vaya usted a saber para qué.

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