jueves, 4 de julio de 2013

When the moon is in the seventh house...

When the moon is in the seventh house, and Jupiter aligns with Mars... pasan cosas raras, lo cante o no lo cante Raphael. El martes debió de ser una de esas noches mágicas, con conjunciones de astros que se combinan para que las cosas salgan ya no bien, sino perfectas. 

Resonando todavía los tambores del Arde Lucus, algunas asociaciones siguen dando guerra con este tema, y promocionando la fiesta romana ante turistas de todo el mundo. Ha sonado un poco más organizado de lo que fue, pero estas cosas nunca se sabe dónde acaban. De una forma más tonta empezó el Arde Lucus y miren por dónde vamos… y lo que falta.

El martes la Guardia Pretoriana y el Senatus Lucus Augusti dimos una nueva vuelta de tuerca a la noche lucense, escoltando a un grupo de turistas ataviados de senadores, que no salían de su asombro ante la espectacularidad de su peculiar visita a la zona de los vinos del Lugo más monumental. No es habitual que el turista sea más fotografiado que la ciudad que visita, y aquí fue lo que pasó.

El grupo procede de China, donde trabajan juntos, aunque sus nacionalidades no podían ser más dispersas: Francia, Irlanda, México, Alemania y España estaban representadas en este grupo que está haciendo una versión muy particular del Camino de Santiago: al revés. Comenzaron en Compostela, de donde vinieron a Lugo. Luego continúan su recorrido por el Cañón del Sil, Santander, San Sebastián y terminan en las fiestas de San Fermín de Pamplona. No envidio la tarea de sus hígados.

En Lugo contactaron con la Guardia Pretoriana, que decidió escoltarlos por las calles del casco histórico para que vivieran una versión exclusiva del Arde Lucus. Como una cosa lleva a la otra (que ya nos vamos conociendo) no parecía lógico llevarlos vestidos de civil, así que desde el Senado les prestamos a los turistas unas cuantas togas para que no desentonaran en el grupo… y por supuesto acabamos unidos a la fiesta. Para algo somos Senadores y nos tira más una juerga que a un tonto un lápiz.

Dicen que no hay mejor fiesta que la improvisada. Probablemente es por aquello de las expectativas, que si son muy altas son fáciles de defraudar, pero si son inexistentes la cosa sólo puede salir bien o mejor que bien. Después esa noche no puedo estar más de acuerdo. A las nueve y media algunos estábamos en casa tranquilamente sin contar con movernos del sofá… y a las diez nos vimos en la plaza del Campo con la toga puesta. 

Algún turista que no era del grupo, de los que andan por la ciudad cámara en ristre, nos miraba ojiplático, no sé si pensando “cómo mola” o “vaya panda de pirados”. Creo que más bien lo primero porque algunos se acercaron a preguntar dónde se podía uno apuntar a esto. Para mí que pensaban que era un rollo “visitas guiadas” a la ciudad, aunque francamente, a las dos de la mañana no creo yo que tuviéramos mucha pinta de ir a ver monumentos, al menos de los de piedra.

Puede que sea un nicho de negocio, no les digo que no, aunque probablemente si nos dijeran de repetir la experiencia cobrando ya no sería igual. Esto funcionó porque el español del grupo turístico es de Lugo y familiar de uno de los miembros de la Guardia Pretoriana, y por un amigo se hacen cosas que un talonario jamás podrá conseguir. A ver, que uno no es de piedra, y si nos ponen una cifra generosa no les digo que no saliéramos otra vez a dar el espectáculo, pero seguramente no lo pasaríamos tan bien, no sería lo mismo. El dinero no lo puede comprar todo.

Para redondear la noche coincidió que era el 25 aniversario de bodas del senador Caio de Pie Félix, nuestro amigo Juan Méndez, que no se imaginaba celebrarlo así, ni siquiera media hora antes de verse con su extraordinaria pareja metidos en un pasillo de honor formado por la Guardia y el Senado en la plaza del Campo. No es una mala forma de celebrar un cuarto de siglo de unión, pero insisto en lo de antes: si nos contrataran para la BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones) no tendría ese mismo espíritu, esa naturalidad que da lo espontáneo. Fue de esas noches que se dan cuando la luna está en la séptima casa, y Júpiter se alinea con Marte… ¿les suena?

Espero que se repita. Cuento con ello porque en buena compañía es fácil que estas cosas pasen.

1 comentario:

  1. De nuevo gracias por la parte he nos toca a los pretorianos!!!! Fue un placer!!

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