jueves, 13 de febrero de 2014

Un argumento ad Bardem

Es habitual ver que las fiestas de presuntos defensores de la cultura como son los actores se convierten en lugares de protesta e indignación contra el gobierno. Bueno, hay que matizar esto. Tienen que darse ciertos condicionantes como que se rebajen las subvenciones para ciertos bodrios que en taquilla todos sabemos que se van a esnafrar, que se suba el IVA para equiparar una película a cualquier otro bien de consumo y… hay un tercer requisito que ahora mismo no recuerdo… ¡ah, sí!, que el gobierno sea del PP.

Verán, hay cosas que son difíciles de entender. Me parece fantástico que la gente proteste y reivindique sus ideas en cualquier foro en el que tenga oportunidad, y más si es tan público y hay cámaras delante. Tan digna es una actriz que defiende el derecho al aborto como el obispo que cree que es un asesinato. Igual de razonable me puede parecer el músico que está contra la subida del IVA que el hostelero que protesta contra un “impuesto revolucionario” de la SGAE que lo criminaliza y que va a parar al músico. Todos son dignos de respeto. Todas las opiniones sin excepción.

Pero veo más complicado mantener esos sentimientos respecto al actor que afirma públicamente que hay que defender a los derechos de los trabajadores y a su compañero de profesión que aplica un ERE en sus empresas, sobre todo si son la misma persona.

En filosofía hay lo que se llama un “argumento ad hominem”, que quiere decir que es un argumento que va contra la persona, no contra lo que dice esa persona. Ya les he dicho muchas veces que lo importante es lo que se dice, no quién lo dice, y por tanto parece poco adecuado que ahora me ponga a pontificar sobre si un Bardem tiene derecho a meterse con los ERE cuando los están aplicando en su casa. Lo mismo podría decir de los sindicatos, por ejemplo, que salieron en manada a la calle para protestar pero usan esa norma porque es “legal”. Vamos, como se dice aquí, “amiguiños, amiguiños pero a vaquiña polo que vale”.

Hoy me cuesta mucho no aplicar esa argumentación contra la persona, porque además de lo dicho sobre la importancia del fondo del asunto, también hay que tener en cuenta que es fundamental diferenciar las excusas de los razonamientos. Si uno quiere ir contra un gobierno porque cree firmemente en lo que dice creo que es más digno de respeto que si lo está porque le va al bolsillo, sea en forma de subvención o de jugoso contrato.

La cultura no es un lujo... y de eso ellos saben mucho
También me reconocerán que en el caso de los Bardem me lo ponen a huevo. Se dicen defensores del trabajador y se manifiestan contra las normas que luego aplican en su restaurante, hablan de la protección de la sanidad pública y apoyan la “marea blanca” pero cuando “Pé” dio a luz lo hizo en una planta cerrada para ella solita de uno de los hospitales más caros del mundo, se afirma luchar por el pueblo pero se vive en Miami en la cuna del más feroz capitalismo… No tengo muy claro dónde pagan sus impuestos pero puedo imaginarlo.

Fantástica ocasión de hablar contra la guerra
No vi que en la entrega de los Oscar defendiera desde ese púlpito su lucha contra la guerra, lo cual habría sido noticia en el mundo entero sobre todo si llamara al Presidente americano “asesino” como hizo con Aznar, y además tendría bastante más razón. Quizás sus principios se amilanen frente al oropel de Hollywood y claro, como en España no hay de eso pues se aprovecha para ir de guay.

A veces esa hipocresía tiene tintes de mala educación, como ir a recoger un premio entregado en Nueva York por la Reina Sofía y acudir sin corbata y soltarle que “soy republicano”. Pues macho, si eres republicano rechaza el premio que lleva el nombre de tu presunta enemiga. Es como si Moriarty fuera a la entrega de los “Sherlock Holmes” y les dijera “pero estoy contra los detectives”.

En fin, que lo sé, que reconozco que es una argumentación “ad hominem”, pero creo que si es en respuesta a otra similar (enfrentarse a un gobierno por ser de otro partido) quizás sea una táctica válida. O quizás no, pero qué les voy a decir, me apetecía.

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