miércoles, 23 de abril de 2014

Ya han pitado el penalti

Si una virtud tiene Orozco es la de ser un mago de las situaciones difíciles. Hasta su peor enemigo reconocerá que es difícil que se le vea acorralado y sin posibilidad de escape porque es un genio de las palabras y las actitudes, saca fuerza de flaqueza cuando menos te lo esperas y agitando el bastón de mando como si fuera la varita de Harry Potter se recompone como Fawkes, que para los que no lo sepan es el nombre del Ave Fénix de Dumbledore (por seguir con lo de Potter).
 
Ahora que parecía que no tenía posibilidad de sacar adelante las inversiones del Ayuntamiento, porque su habitual muleta aseguró que no pactaría con su grupo mientras no dimita Orozco, resulta que plantea una negociación con el PP, y no sólo eso, que sería asumible como signo de responsabilidad por parte de Jaime Castiñeira, sino que lo hace con prepotencia, diciendo a los demás que “dejen de poner trabas” y que no estorben.

Es decir que todo lo contrario de lo que cabría esperar. Una actitud humilde, serena, tranquila y con talante negociador… que seguro que sí expondrá en la reunión a puerta cerrada que tendrá con Castiñeira y sus acompañantes. Entonces será el encantador de serpientes que sabe ser, el hombre que “convence, pero luego engaña y no cumple” según su ex número dos, el señor Liñares. Insisto, a puerta cerrada. Al salir volverá a ser el hombre beligerante y crecido, y más si consigue alcanzar un acuerdo.

Si se pacta, se jactará de, una vez más, salirse con la suya cediendo aparentemente a un acuerdo que incluso firmará pero que luego incumplirá como ya hizo con el PP encabezado por García Díez. Si no se pacta, echará la culpa a una “oposición irresponsable” y se presentará ante los lucenses como la víctima de un complot para acabar con él. De las acusaciones de colocar a la gente a dedo y las demás que tiene encima no dirá una palabra. Ni él ni nadie.

Pase lo que pase tiene una estrategia perfilada por la experiencia, que le avala año tras año como el “político perfecto”, siempre que entiendas que un político está para salirse con la suya y ganar elecciones. Eso sí, Lugo seguirá bajo el mando de una persona que ha demostrado, y ahí están las grabaciones, que considera la ciudad su hacienda, su feudo particular, un cacique moderno tal y como reconocía con su charla con Liñares al que asentía cuando éste afirmaba que “un cacique es ahora un gestor en la cercanía”.

Tiene mala salida Jaime al sentarse a hablar con Orozco. Soy un férreo partidario del diálogo, pero la actitud que ha sostenido el BNG en este tema es impecable: no sentarse a pactar con quien no merece confianza es una cuestión de sentido común, porque además sabes que si te sientas te vas a levantar con una sensación de que te han tomado el pelo que probablemente sea cierta. Eso no supone que defienda la estrategia nacionalista, ya que en su mano está que Orozco deje la alcaldía y, automáticamente, seguir trabajando por la ciudad, pero sí comparto este punto en concreto.
A ver qué pasa, pero les auguro que las soluciones serán una de las dos que les he dicho: pacto (sin el “sunt servanda” que acompaña al latinajo) o telenovela de “La Despechada”.

El gol aún no se lo ha metido a Jaime, pero ya han pitado el penalti. Veremos cómo le sale el tiro. Desde que viene a jugar el Dépor a Lugo estoy de un futbolero sorprendente…

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