lunes, 23 de marzo de 2015

Cabreo en As Gándaras... y en otros sitios

Les extrañará pero no voy a escribir de los resultados en Andalucía porque aún es pronto (esto lo escribo la noche del domingo) y aunque se ve que el PSOE aguanta y el PP no, lo dejo por ahora en el tintero (¿en el teclado es más exacto?).

Luego dicen que escribir un artículo diario es difícil… ¡si se me acumula el chollo! Pero por elegir un tema voy a reflexionar sobre lo ocurrido en las Gándaras con la Panorama, porque para otros asuntos queda aún largo recorrido sobre el que volver.

Concierto gándaras - Foto de musicosonline.es
El asunto: la Policía interrumpió un concierto en la fiesta de As Gándaras e impidió que la Orquesta Panorama hiciera el segundo pase que tenía previsto, ante la indignación y el cabreo de las miles de personas allí congregadas, que se lo tomaron muy mal, y con razón.

Habrá quien se extrañe de que les dé la razón en ese enfado, pero es que si yo cuento con un concierto que dure hasta las 5 de la mañana y me lo interrumpen a las cuatro es normal que no lo reciba bien, y más cuando a esas horas hay que deducir que tras la cena se han tomado bebidas espirituosas que alteran el carácter y el humor de cada cual. Lo único que he dicho por ahora es que no es lógico alterar una acción autorizada previamente como se nos dice que estaba este concierto.

Por otro lado, ningún ciudadano puede defender que a las cuatro de la mañana los bafles de una orquesta tengan en permanente insomnio a toda una ciudad, y sólo hay que recordar el cristo que se arma desde hace un par de años cada vez que se acerca San Froilán y se vuelve a recordar al juzgado correspondiente que las barracas no dejan dormir a los vecinos del parque.

El ruido es una de las grandes agresiones que, semi-impunes, nos obligan a vivir más incómodos de lo que nos gustaría. Ya por sean orquestas, bombas, coches, niños gritones, camiones de basura o perros ladrando incansables durante horas, creo que todo el mundo ha vivido una noche de esas en que si tuvieras una escopeta te liabas a tiros.

Pero más allá de la simpleza de ver el problema, habría que mirar la causa del mismo. Tenemos una ordenanza de contaminación acústica que no recoge excepciones, que obliga presuntamente a dejar de hacer ruido a las 10 de la noche, sea o no sea día de fiesta, aunque el propio Ayuntamiento se la salta cuando le apetece y no sólo realiza actividades fuera de ese horario sino que autoriza a otros a hacerlo, pero selectivamente, según les interese.

La solución dada fue una reforma de dicha normativa que pasaba del blanco al negro, y obligaba, por ejemplo, a poner persianas metálicas mecánicas porque las manuales hacen mucho ruido cuando suben y bajan, como si ahora en vez de atronar con ruidos hubiera que andar de puntillas, sin término medio de ningún tipo.

Lo obvio habría sido aprobar una ordenanza de fiestas, que, sin meterse en una modificación de la acústica en profundidad, solucionara el problema legal de qué hacer con las actuaciones en días de fiesta y permitiera un horario más laxo así como una lógica limitación del ruido. Pero no se hizo. Quizás porque no fue idea de quien gobierna aunque reconocieran la bondad del argumento.

Los lucenses tienen derecho a descansar, incluso cuando otros están de fiesta. Eso es indiscutible. Pero también es difícil de rebatir que quien tiene una actividad autorizada hasta las cinco de la mañana o la hora que sea, monte en cólera si a las cuatro le aparece la policía a cerrarle el garito. Cuestión de expectativas.

Comisión organizadora de las fiestas.
Foto de La Voz de Galicia
La comisión de fiestas de As Gándaras hizo público su cabreo, y la verdad es que tienen razón, porque mucha gente reaccionó contra ellos o contra la Panorama, sin culpa ninguna en todo este embrollo. También se cabreó la gente que no podía dormir, pero eso deberían explicárselo a quien autorizó la actividad.

Compatibilizar el descanso con la diversión no es sencillo, pero tampoco imposible. Desde luego el camino no es ir dando bandazos: ahora te autorizo, ahora te corto. Así no se hacen las cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Derecho a réplica:

Se admiten comentarios, sugerencias y críticas. Sólo se pide cierta dosis de ''sentidiño'' y cortesía.