lunes, 14 de septiembre de 2015

Igual que se logró apoyo se puede lograr hastío

Los tractores se han retirado de Lugo, pero con la relativa amenaza velada de volver el mes que viene si las cosas no van como quieren. Digo lo de “relativa” porque realmente las cosas no han sido especialmente complicadas en comparación a lo que podía ser, y salvo unas retenciones de tráfico en la Ronda, ciertas aglomeraciones en los bares de la zona y una inusitada afluencia en los establecimientos de farolillo rojo de la Tinería, las consecuencias han sido moderadas para el lucense medio.
La sutileza no ha sido lo más característico de la protesta

¿Y todo esto para qué? ¿Para ahora endurecer las posturas? Vemos que se pierden millones de litros en la recogida todos los días, de un producto que está considerado como de primera necesidad. Y no es que se quede la leche en la vaca, que eso no puede ser, sino que se hace el trabajo de ordeñarlas todos los días y luego se tira al suelo ese oro blanco. Con la que está cayendo todavía para mucha gente.

Leo pasmado que aunque el consumidor tenga que pagar 30 céntimos más en litro el tema bien lo merece y que es el precio de salvar a nuestro campo. Eso no estaba en el contrato, oigan. Según Facua el precio medio del cartón de leche entera uperisada en España es de 70 céntimos, con lo que tampoco es que en los supermercados gallegos nos la estén regalando.

Yo mismo propuse que los establecimientos de hostelería que puedan certificar que la leche que consumen es gallega lo publiciten, porque si damos al producto la fama que tienen otras materias primas (marisco gallego, ternera gallega…) es obvio que al productor le pagarán más. Por aquello de la oferta y la demanda.

Pero eso no quiere decir que en Galicia vaya a subir el precio de la leche en el supermercado, ni mucho menos. En otras comunidades como Andalucía o Asturias, donde les pagan la leche a los ganaderos mucho mejor que aquí el precio final no es más alto, ya que la cuestión es que aquí ganan más los de en medio.

Según vayan radicalizando las protestas, cerrando fábricas por las bravas, tirando leche al río (por cierto, esto es de dudosa higiene, no sé yo cómo les irá con ese tema), y convirtiendo una protesta ejemplar en un juego de a ver quién mea más lejos, el apoyo unánime que tuvieron de gran parte de la población peligrará. Igual que se logró apoyo se puede lograr hastío.

Cuidado con esos cantos de sirenas que les dicen que la única protesta buena es la protesta radical, porque les recuerdo que el objetivo de los seres mitológicos no era ayudar a los barcos, sino hacer que se estrellaran en las rocas. Por ahí van los tiros.

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