miércoles, 25 de mayo de 2016

Cidadanos mete la pata en Galicia, y bien metida

Hay cosas que no tienen explicación, y que cuando se intentan razonar para justificarlas se complican más aún, con lo que es mejor o no hacerlas o no darle vueltas a la metedura de pata. Es lo que le ocurre a Ciudadanos en Galicia con los cambios en las listas, principalmente en la de La Coruña, donde sustituyen a su único diputado electo por un candidato colega de alguien importante.

La cosa es como sigue: Antonio Rodríguez fue ganador de las primarias internas de Ciudadanos en Coruña, proceso vendido como marca de la casa y cacareado como el único democrático y transparente de los posibles, cuestión en la que estoy bastante de acuerdo.

La cara de Tabarés, la misma que se nos quedó a todos
El señor Rodríguez se hizo conocido por sus meteduras de pata, siendo la más conocida la respuesta a las medidas que proponía su formación para Galicia concretamente. Preguntando por Fernanda Tabarés en ViaV, se ve que como no tenía nada concreto que decir soltó un “ya iremos viendo después de las elecciones” que sonó a “¿y a mí qué me cuenta?, yo solo encabezo la candidatura por mi provincia, esas cosas las llevan en Barcelona”.

Desconozco su labor como parlamentario en esta breve legislatura que ya terminó, pero visto el papelón de los demás compañeros de banca tampoco es que pudiera lucirse mucho. Muy pocos diputados pudieron hacer algo en estos cinco meses de bochorno colectivo, y la única excepción que se me ocurre es el magnífico trabajo de Joaquín García Díez, que logró duplicar los trenes desde Lugo a Madrid con el sencillo procedimiento de conseguir que Renfe ponga lanzaderas para enlazar con los AVE que van a Orense.

Estas cuestiones, tanto su bisoñez en los debates como su aparente falta de interés en los pocos meses de trabajo en Madrid, hacen que El Ciudadano Mayor (ya saben, Albert Rivera) se planteara el recambio de su cabeza de lista por Coruña. Nada que objetar ya que es correcto que si se han equivocado, aunque sean las bases, haya un proceso para cambiar a la gente que no funciona.

El problema viene ahora. En el cómo.

Si Rivera o quien fuera dijeran que consideran que ciertas personas no han dado la talla como representantes del partido y propusieran la celebración de unas primarias urgentes y extraordinarias en ciertas provincias habría estado bien. No estamos hablando de muchas afiliaciones (en la provincia de Lugo el último dato que vi en prensa hablaba de menos de un centenar de afiliados, así que en una tarde con un teléfono se les convoca) así que no debería ser complicado.

En esas nuevas primarias cualquiera podría presentarse. Tanto el sospechoso de no responder a las expectativas como el candidato que la cúpula quiera poner, o terceras personas que deseen acceder al puesto. Y que la democracia funcione, y que sea lo que las bases quieran. Esa es la forma.

Pero no optaron por esa vía, sino por el dedazo.

Ponen a José Canedo, amigo de Juancho Chouza (delegado de Ciudadanos en Galicia), y que tiene en común con él haber hecho la traslación desde UPyD a Ciudadanos, saltando de barco a barco cuando el primero empezaba a hacer aguas.

No se trata de poner en cuestión a Canedo, aunque su subida al primer puesto sin el engorroso trámite de las primarias no ayuda a confiar en su concepto de transparencia, sino al proceso. Intentar explicar que el nuevo candidato no pudo presentarse a las primeras primarias (no es un trabalenguas) porque un fallo informático le impidió presentar los avales suena a "seño, mi perro se comió los deberes".

Ciudadanos se ha equivocado. Como muestra de ello han dimitido cinco personas de la directiva de Ciudadanos en La Coruña: nada menos que su coordinadora y portavoz, Patricia Pertierra Castaño, José Manuel Macho Gómez, secretario-tesorero, Víctor Pedreira Romar, responsable de comunicación, José María Pérez Fafián, responsable de política municipal, y Alejandro Almau Taboada, responsable de ciudadanía y relaciones con asociaciones y entidades.

Rivera se ha equivocado en esto, y mucho. La campaña contra Ciudadanos en Galicia se va a centrar en su falta de democracia en este caso, y con razón. Vale que el resto de partidos (salvo honrosas excepciones como el BNG) no usan primarias, pero se supone que estos vienen a vendernos la regeneración y las nuevas formas. Para seguir con los métodos de antes pero sin saber a dónde nos llevan casi nos quedamos con lo viejo, que sabemos qué nos trae para bien y para mal.

Reconozco que este tema me ha dolido porque Ciudadanos fue una opción que me planteé seriamente cuando las cosas parecían de otra forma. Hoy me resultaría impensable porque veo que hacen lo mismo que el partido que abandoné tras 20 años de militancia, pero encima vendiendo lo contrario.

Ciudadanos solo tenía un diputado en Galicia. Merecen perderlo.

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