miércoles, 4 de mayo de 2016

De la (probable) confluencia de IU y Podemos

Hoy los miembros de Izquierda Unida votan la integración con Podemos en las listas electorales de cara al próximo mes de junio, en un intento de dar valor a su millón de sufragios que se traducen tradicionalmente en pocos escaños, por aquello del reparto por provincias que tanto daño les hace.

Antes de nada, y empezando por romper una lanza en favor del denostado sistema electoral, les diré que como lucense no puedo ver mal que se sobrerrepresente a las provincias más pequeñas, ya que de lo contrario nos iríamos a un procedimiento en que las campañas electorales se reducirían a las grandes concentraciones de población y todo se decidiría en Madrid y la vertiente mediterránea con contadas excepciones.

Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Alicante, Málaga y Murcia concentran el 45% de la población de este país, con lo que si nos vamos a un sistema de elección directa, utilizando la circunscripción única, a las quince más pequeñas no nos harían ni caso. Las quince provincias más pequeñas aglutinan únicamente al 8% de la población, así que imaginen el peso que tendría para nosotros una campaña electoral: nula. Nadie hablaría del AVE a Lugo ni de las autovías, con lo que el círculo vicioso se completaría y los menos favorecidos seguirían siéndolo eternamente.

Pues a lo que íbamos, hoy se decide por parte de Izquierda Unida si confluyen con Podemos. No es un tema menor ya que la unión de ambas fuerzas puede lograr lo que el partido morado no consiguió por libre (más o menos): superar al PSOE. No parece complicado aplicando una aritmética elemental, ya que Izquierda Unida contó con casi 925.000 votos, más que suficiente para salvar la brecha de menos de 325.000 que separa a PSOE de Podemos.

Votos y escaños
Observarán que las cifras son escalofriantes: 5.530.693 votos al PSOE le otorgan 90 diputados, mientras que 5.189.333 dejan a Podemos con solo 69 y los 923.105 de IU lo reducen a una anecdótica representación de dos actas. Son las cosas de la dispersión del voto, cuya corrección conlleva los peligros que explicábamos antes. De todas formas son cifras “falseadas” porque Podemos en Galicia, por ejemplo, se presentó en confluencia con otras fuerzas y los diputados “se le apuntan” a ellos por razones que desconozco. Lo mismo pasa en Cataluña por ejemplo.

Sin embargo las cosas no son tan sencillas. Muchos de los votos de los tres grupos son “intercambiables”. Hay voto prestado del PSOE a Podemos y también de Izquierda Unida a esa formación, así que con todo lo que ha pasado sabe Dios cómo resolverán las dudas los votantes.

Personalmente creo que para Izquierda Unida es un error confluir, si bien es básico para la supervivencia de Podemos. Puede resultar chocante vistas las cifras, pero a veces la política es una guerra de nervios en que hay que mirar la próxima década y no la siguiente elección. Izquierda Unida cometió el mismo error que el BNG en diciembre: esconder sus siglas tras una supuesta “coalición” que no conocía ni el gato. Es una equivocación. Ni unos ni otros van a conseguir ganar a Podemos en “frescura y novedad”, y lo único que han logrado es confundir a sus votantes.

Ahora que parece que Podemos empieza a decaer lo suyo es que Izquierda Unida comience a recuperarse, porque recobrará los votos prestados. Todo depende de las condiciones del pacto, pero en mi modesta opinión los de Garzón tienen mucho más que perder que los de Iglesias, que se juega su continuidad a no pegarse un bofetón en junio.

En Galicia se demostró que la confluencia puede dar un buen resultado electoral, pero quizás fue flor de un día. No es fácil que vuelva a colar el mensaje de “somos nacionalistas y de Podemos” principalmente por el ridículo que han hecho como nacionalistas, subyugando toda su actividad a Madrid y perdiendo cualquier oportunidad de ganar protagonismo, absorbido por el todopoderoso líder.

A pesar de todo lo dicho, es de esperar que la votación sea favorable y que Izquierda Unida se arroje en los brazos de Podemos. Ellos verán.

1 comentario:

  1. Vexo dúas pegas no argumento de que IU non debería pactar con Podemos. Primeiro, no ámbito da esquerda amplos sectores do electorado parecen urxir confluencias para optar a gobernar (incluíndo, por suposto, sectores relevantes de votantes do PSOE). Segundo, a enquisa do CIS parece suxerir máis perigo de baixada para IU ca para Podemos. De todos modos, en efecto, o máis posible parece que conflúan.

    http://www.eldiario.es/politica/votantes-Ciudadanos-IU-dispuestos-resultados_0_511999754.html

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