martes, 6 de febrero de 2018

¿Qué le ha pasado al Carnaval en Lugo?


Permítanme el "anuncio", pero como no es de interés comercial supongo que no habrá inconveniente
Ya sé que es una impresión totalmente subjetiva, pero me parece que el principio del fin del Carnaval en Lugo fue el día que el Círculo de las Artes decidió cargarse el llamado Baile de Colores del Jueves de Comadres, una fiesta espectacular que daba el pistoletazo de salida a una época de color y de fiesta que ni de lejos es lo que era en nuestra ciudad.

Un recorte de El Progreso de un recuerdo de la época
del Jueves de Comadres en el Círculo
Bien es cierto que los tiempos cambian, y que todos tendemos a ver de colores más vivos los recuerdos más antiguos, con esa contradicción intrínseca del ser humano, pero qué quieren que les diga, aquellas sesiones de corte y confección que se hacían durante las semanas o incluso meses antes de Carnaval yo hoy no las veo por ninguna parte. Recuerdo con cariño las tardes en casa de Chenita, donde se centralizaba la elaboración de los disfraces de la pandilla de mis padres, y de la que salían un “descubrimiento de América”, unas cajas de muñecas con vida o un homenaje al Mundial 82 que nunca más se volvieron a ver.

Este año, por sexta ocasión, Lugo Monumental ha convocado el Premio de Animación Callejera, que tiene por objeto premiar no a los mejores disfraces (de eso ya hay muchos otros premios) sino la alegría en la calle, que es la verdadera esencia del Carnaval. Es muy subjetivo así que quienes votan no son un pequeño jurado de cuatro o cinco miembros, sino los titulares de los 23 establecimientos que colaboran en la iniciativa, con lo que se reparte entre todos ellos la decisión de elegir a los grupos ganadores. Si quieren más información, ver las bases o incluso inscribirse gratuitamente pueden hacerlo en la web www.lugomonumental.es. Hay 1.000 euros en premios así que yo le echaría un vistazo.

Estas iniciativas intentan contrarrestar la tendencia actual. No es fácil rebatir que el Carnaval en Lugo es más pobre que hace unos años, y las excusas de la climatología no me valen porque en lugares con más lluvia o más frío como pueden ser Orense, Verín o Foz hay unas fiestas impresionantes, pero las nuestras se quedan atrás y no es fácil revertir estas inclinaciones.

Quizá sea que esa desidia tan lucense, esa apatía que no nos conseguimos sacudir de encima como colectivo, se contagia a todo, incluso a una fiesta tan irreverente como el Carnaval. Habrá que intentar cambiar de hábitos.

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